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Contribuciones a la Historia del Arte en Ecuador. Volumen I<br />
en seis umbrales y en las esquinas de las manzanas antiguas aún no reedificadas, las conocidas piedras<br />
incásicas de forma trapezoidal.<br />
En cuanto a la arquitectura funeraria, ella era muy rudimentaria, pero interesante. Como los<br />
egipcios, los aborígenes americanos de todo el callejón interandino ecuatoriano, desde El Ángel hasta<br />
Loja, enterraban sus muertos en unas sepulturas en forma de pozos circulares de 1,50 metros de<br />
diámetro y de una profundidad que variaba de dos a cinco metros, y al fondo de los cuales se abrían<br />
una o varias galerías laterales llamadas bolsones en donde se depositaban el cadáver o los cadáveres<br />
y objetos diversos. La entrada de los bolsones se conocen con el nombre de ventanas . Hay<br />
sepulturas sin bolsones . Las paredes de algunos pozos están formadas de piedras brutas cimentadas<br />
con arcilla como los de ciertas sepulturas encontradas en Yunguilla y Guano ( Ethnographie ancienne<br />
de l'Equateur ).<br />
Para concluir este ya largo primer capítulo de nuestra historia artística y resumiendo cuanto<br />
llevamos dicho, podemos preguntarnos ¿Hay arte ecuatoriano primitivo? ¿Hay caracteres que<br />
lo pueden claramente definir? Los pocos monumentos arquitectónicos que dejamos descritos y<br />
principalmente los utensilios con cierta ornamentación ya bárbara, ya bien dibujada y grabada, pueden<br />
perfectamente ser apreciados como obra de arte. La ornamentación de los utensilios nos hace sentir<br />
una cierta originalidad peculiar del arte indígena. Aquellos adornos geométricos, rara vez complicados<br />
y casi siempre sencillos, compuestos más por líneas rectas que por espirales, delatan una marcada<br />
originalidad del arte ecuatoriano.<br />
Aún después de la conquista, las obras de arte que provienen de una cierta amalgama del arte indio<br />
y del arte europeo, llevan siempre un sello bárbaro de raza que no se pierde, ciertas líneas cierto sello<br />
en fin, que demuestra el instinto primitivo, no aniquilado aún por la inspiración del arte aristocrático<br />
oficial de la colonia, conservado con preferencia hasta el presente, en nuestras obras de orfebrería y<br />
tejidos. Porque como hemos visto, los indios trabajaron mucho en oro y plata.<br />
La relación geográfica de 1582, perteneciente a Quito, de entre los que se conservan en la Academia<br />
de la Historia, dice al Número 164: «Las joyas de que más se precian (las indias) son unos collares<br />
de mosca o chaquira de oro o de plata; unas cuantas coloradillas o de hueso blanco y unos brazaletes<br />
de plata a manera de ajorcas».<br />
(Cappa).<br />
La escultura ornamental, la única que fue practicada por los antiguos indios, demuestra un modo<br />
de ser muy particular e inconfundible, tiene un sentimiento que no es de formación voluntaria hacia<br />
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