Advertencia

Contribuciones a la Historia del Arte en Ecuador. Volumen I
se alargó el coro y se le adornó con diez cuadros, nuevos, tres de los cuales con molduras doradas; se
puso un facistol de nogal con su nicho dorado por remate y en él una imagen de la Virgen con corona
de plata y el Niño con potencias también de plata. En 1745 se sisaron y pintaron todas las molduras
de los lienzos del coro y se arregló todo él, hasta dejarle magnífico.
Tenía la iglesia entre otros primores de orfebrería, una magnífica custodia mandada a hacer en
1744 con un maestro llamado Theodoro el Platero, a quien se le entregaron en ese año la plata y el
oro necesarios para la obra, así como las piedras preciosas que debían adornarla, según lo dicen las
disposiciones de aquel año: « Itt. tiene el Convento empoder de D. n Theodoro el Platero, para una
Custodia q. e se está assiendo, Quinse Marcos de Plata de Piña=Siento y Dies y siete Castellanos y
dos tomines de oro=Quinientas Setenta y Siete Esmeraldas=Sessenta Jasintos=Veinte rubíes=Treinta
y Sinco Amatistas=Veinte y Seis Diamantes con más Una Crus de lo mismo, y tt. Quinientos sesenta
y sinco p. s q. e tiene resebidos, para pagar a los Oficiales=Fuera de Otras piedras de Amatistas,
Pastas, Granates que pueden serbir para otra cosa» . Hecha y concluida la custodia en aquel año,
todavía se le añadieron en 1745 nuevas piedras preciosas. «A la Custodia, dicen la Disposiciones de
1745, se le han añadido muchas esmeraldas, Diamantes, ruvíes y algunas otras Piedras finas y una
media luna de oro con sus esmeraldas» .
Pero no era esta la única custodia que poseía la Iglesia. En los libros de sindicatura, encontramos
el siguiente dato correspondiente a los gastos de provincia desde el 6 de enero de 1735 hasta el 25 de
julio de 1736: « Itt. Dio nro. herm.° el syndico noventa y siete p. s para hazer en la Cust.ª del Colegio
de Missiones q. e estava desnuda y desdorada lo siguiente=Púsosele espiga porque no la tenía el
sol para con el pie; dorose de nuevo y se le pusieron muchas piedras de varios colores aunq. e no
finas, y de Margaritas de S. ta fee se Orlaron todos, los raios en figura de almendras, enjoiadas assí
mesmo en plata dorada, y de estas mismas surtidas en todo el sol; y todas enjoiadas en plata dorada,
y en todas partes que pedía la obra se le pusieron varios sobrepuestos, y palmitas de plata blanca de
piña esmaltada hasta el pedestal, q. aunq. obra es lusida» 171 .
Como dependencia del convento, tenían los franciscanos una ermita, erigida en pleno camino real
y precisamente en el mismo punto en que antes había habido una doratorio incásico. Esa ermita,
refaccionada, existe todavía. Sólo que no tiene ya el hermosísimo lienzo de Cristo atado a la columna
171 Archivo franciscano, leg. 10, N.º 1, lib. 6, fols. 16 vta. y 17. En 1788 se compuso la primera
de las custodias nombradas, poniéndola dos cercos de plata, una chapa tras de la cruz y una piedra
de amatista que se había caído. ( N. del A. )
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