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manos, los dedos mojados por las lágrimas; le<br />

hablaba, le prometía una cosa y otra, le decía que<br />

ella había tenido un sueño estúpido, un sueño<br />

horrible. Poco a poco se calmó. Dejó de llorar.<br />

Tenía los ojos muy abiertos y fijos, ojos de<br />

sonámbula.<br />

—No —dijo—, cállate, no hables así, no es necesario.<br />

Ya no eres el mismo. —Quise protestar, pero ella continuó:—<br />

No, tú no me quieres. Lo comprendí hace<br />

tiempo. Fingí no darme cuenta. Pensé que todo era<br />

imaginaciones mías, pero no, has cambiado. No me<br />

tomas en serio. ¿Un sueño? Sí, es verdad, pero eras<br />

tú el que soñaba, y soñabas conmigo. Dijiste mi<br />

nombre con repulsión. ¿Por qué? ¿Por qué?<br />

Me arrodillé, le abracé las piernas.<br />

—Mi pequeña...<br />

—No quiero que me hables así, ¿entiendes? No quiero.<br />

No soy tu pequeña, no soy una niña. Soy...<br />

Rompió en sollozos y hundió el rostro en la almohada.<br />

Me levanté. Los ventiladores zumbaban<br />

quedamente. Tenía frío. Me eché sobre los<br />

hombros la bata de baño y me senté al lado de<br />

Harey. Le toqué el brazo:<br />

—Escucha Harey. Te diré algo. Te diré la<br />

verdad.<br />

Harey se incorporó, apoyándose en las manos.<br />

Le vi las venas que le palpitaban bajo la piel fina<br />

del cuello. Una vez más sentí que se me endurecía la<br />

mandíbula. E1 aire parecía todavía más frío, y no<br />

se me ocurría nada que decir.<br />

—¿La verdad? —preguntó Harey—. ¿Palabra de<br />

honor?<br />

Sentí un nudo en la garganta, y no pude contestarle.<br />

Palabra de honor, nuestra fórmula sagrada, la<br />

promesa incondicional. Así sellado el juramento,<br />

ninguno de nosotros se atrevía a mentir, y aun a<br />

ocultar algo. Recordé la época en que un excesivo<br />

afán de sinceridad nos atormentaba día y noche,<br />

convencidos de que esa búsqueda ingenua de la<br />

verdad preservaría nuestra unión. ,<br />

—Palabra de honor. Harey... —Ella esperaba.— Tú<br />

también, Harey, tú también has cambiado. Todos<br />

cambiamos. Pero no es esto lo que quería decirte.<br />

Por una razón que ninguno de los dos conoce exactamente,<br />

parece que... no puedes dejarme. Y eso me<br />

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