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se derrumban, los arcos se desploman y cuelgan<br />
flojamente, y aparecen "notas falsas": formas incompletas,<br />
confusas, grotescas. Desde los abismos invisibles<br />
sube un poderoso rugido, un ronquido agónico reverbera<br />
en canales estrechos y truena en las cúpulas desmoronadas.<br />
De las gargantas monstruosas, erizadas de<br />
estalactitas de flema, de cuerdas vocales inertes,<br />
brotan unos profundos estertores. El espectador, pese<br />
a la creciente violencia destructiva de estas<br />
convulsiones, no atina a moverse. Sólo el huracán que<br />
sopla de los abismos y aúlla en millares de galerías<br />
sostiene aún la elevada estructura. Pronto el viento<br />
amaina, y la construcción empieza a hundirse. Se<br />
observan los últimos temblores: contorsiones,<br />
espasmos ciegos y desordenados. E1 gigante se hunde<br />
lentamente y en la superficie queda un torbellino de<br />
espuma.<br />
¿Qué significa todo esto?<br />
Recordé un incidente, de la época en que yo era<br />
asistente de Gibarían. Un grupo de escolares que visitaba<br />
el Instituto Solarista en Aden había llegado a<br />
la sala principal de la biblioteca y observaba las<br />
cajas de microfilms que se apilaban en toda la mitad<br />
izquierda del recinto. Se les explicó que entre otros<br />
fenómenos inmortalizados por la imagen había allí<br />
fragmentos de simetríadas desaparecidas hacía mucho<br />
tiempo; no fotografías aisladas sino bobinas enteras,<br />
¡más de noventa mil!<br />
Una chiquilla regordeta, de unos quince años,<br />
miró resueltamente por encima de las gafas y<br />
preguntó:<br />
"¿Y para qué son?"<br />
Siguió un embarazoso silencio. La maestra le<br />
echó a la niña una mirada severa, y entre los <strong>solaris</strong>tas<br />
que actuaban como guías (yo era uno de ellos) nadie<br />
pudo responder. Cada simetríada es única, y los<br />
fenómenos que sobrevienen en el interior parecen en<br />
general imprevisibles. Algunas veces no hay ningún<br />
sonido. A veces el índice de refracción aumenta o<br />
disminuye. Otras, un cambio local en la gravitación<br />
acompaña a las pulsaciones, como si el corazón de la<br />
simetríada latiera gravitando. A veces, las brújulas de<br />
los observadores se ponen a girar, unas capas<br />
ionizadas aparecen y desaparecen... El catálogo podría<br />
continuar indefinidamente. Por otra parte, si un día<br />
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