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mujer?— sigue a mi lado, y no nos movemos. Nuestros<br />
corazones laten, confundidos, y de pronto en el<br />
vacío que nos rodea, donde nada existe ni puede existir,<br />
se insinúa una' presencia de indefinible, inconcebible<br />
crueldad. La caricia que nos ha creado, que<br />
nos ha envuelto en un manto de oro, es ahora el<br />
hormigueo de muchos dedos. Nuestros cuerpos,<br />
blancos y desnudos, se disuelven, se transforman en<br />
un hervidero de larvas negras, y soy —somos los dos—<br />
una masa confusa de gusanos viscosos, una masa<br />
infinita, y en ese infinito (no, yo soy el infinito) grito<br />
en silencio, imploro la muerte, imploro un final.<br />
Pero simultáneamente me derramo en todas<br />
direcciones, y el dolor sube en mí, un sufrimiento<br />
más vivo que los sufrimientos de la vigilia, un<br />
sufrimiento concentrado, una espada que traspasa las<br />
lejanías negras y rojas, un sufrimiento duro como la<br />
roca, y que crece, montaña de dolor visible a la luz<br />
resplandeciente de otro mundo.<br />
Un sueño entre los más simples; no puedo narrar<br />
los otros, me faltan las palabras para expresar ese horror.<br />
En esos sueños, yo ignoraba la existencia de<br />
Harey, y no encontraba ningún rastro de otros sucesos<br />
recientes o antiguos.<br />
Había también sueños sin "imágenes". En una oscuridad<br />
inmóvil, una sombra "coagulada"; siento<br />
que me auscultan, lentamente, minuciosamente, pero<br />
sin ningún instrumento; ninguna mano me toca.<br />
Me siento sin embargo penetrado de lado a lado, me<br />
desmenuzo, me disgrego, ya sólo queda el vacío, y a<br />
la nada total sucede el terror; este solo recuerdo<br />
precipita aún hoy los latidos de mi corazón.<br />
Y los días se sucedían, opacos, siempre semejantes;<br />
yo era indiferente a todo; sólo temía la noche, y no<br />
sabía cómo escapar a los sueños. Harey no dormía;<br />
tendido junto a ella, yo huía del sueño; la estrechaba<br />
en mis brazos, la besaba. La ternura no era más<br />
que un pretexto, un modo de postergar el momento de<br />
dormirme ... No le había hablado a Harey de esas<br />
horribles pesadillas; sin embargo, Harey algo<br />
adivinó, pues yo creía ver en ella un sentimiento<br />
involuntario de profunda humillación.<br />
Como he dicho, hacía tiempo que yo no veía a<br />
Snaut ni a Sartorius. Snaut, no obstante, daba a<br />
veces señales de vida:, dejaba una esquela junto a<br />
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