You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
disipaban en el alto cielo y se descomponían en el<br />
cenit en filamentos transparentes.<br />
La Estación no se movió mientras duró el espectáculo;<br />
alrededor de tres horas, hasta la caída de la<br />
noche. Y cuando el sol hubo desaparecido, y la sombra<br />
envolvió las aguas, miríadas de jirones de alas enrojecían<br />
aún elevándose en el cielo, planeando en apretadas<br />
filas, subiendo sin esfuerzo hacia la luz.<br />
El fenómeno había aterrorizado a Harey, pero no<br />
era menos desconcertante para mí; sin embargo, la novedad<br />
no hubiera debido turbarme, puesto que los <strong>solaris</strong>tas<br />
observaban dos o tres veces por año —y<br />
hasta más a menudo cuando los favorecía la suerte—<br />
formas y creaciones que ningún repertorio había<br />
descrito hasta entonces.<br />
A la noche siguiente, una hora antes de la salida<br />
del sol azul, asistimos a otros fenómenos: el océano<br />
brillaba con una luz fosforescente. Unas manchas de<br />
color gris danzaban acompañando a olas invisibles.<br />
Las manchas, aisladas al principio, se esparcieron rápidamente,<br />
se unieron entre sí, y un tapiz de luz espectral<br />
se desplegó hasta perderse de vista. La intensidad<br />
de la luz fue aumentando durante unos quince<br />
minutos; luego el fenómeno concluyó en forma sorprendente.<br />
Del oeste llegó una capa de sombra, avanzando<br />
sobre una superficie de varios centenares de<br />
kilómetros de ancho; cuando esa sombra móvil dejó<br />
atrás la Estación, la zona fosforescente del océano retrocedió<br />
hacia el este, como huyendo de un gigantesco<br />
extinguidor; hubo una aurora fugitiva, perseguida<br />
hasta el horizonte, iluminada por un halo postrero,<br />
y luego triunfó la noche. Un poco más tarde, el<br />
sol se elevó sobre el océano desierto, rizado por<br />
algunas olas coaguladas de reflejos mercuriales<br />
que golpeaban mi ventana.<br />
La fosforescencia del océano era un fenómeno ya<br />
registrado, que se observaba a veces antes de la<br />
erupción de una asimetríada, y que de todos<br />
modos indicaba una amplificación local en la<br />
actividad del plasma oceánico. Sin embargo, nada<br />
ocurrió en las dos semanas siguientes, ni dentro ni<br />
fuera de la Estación. Una vez, empero, en mitad de<br />
la noche, oí un grito lacerante, un grito<br />
sobrehumano agudo y prolongado. Despertando de<br />
una pesadilla, creí al principio que había entrado<br />
186