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LO MONSTRUOSO EN DOS NOVELAS CONTEMPORÁNEAS: UNA ...

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acional? Hay que reconocer que cada uno de los detalles de este plan, alimentado por la<br />

sed de venganza, parece más disparatado que el otro. En realidad, proponer que el fin de<br />

estos episodios sea uno de carácter argumental, a juzgar por las debilidades de la<br />

historia, no parece convincente; su fin más bien parece íntimamente ligado a las<br />

rupturas que entreteje cada escena. Así, no podemos abordar estos episodios como<br />

abordaríamos un discurso racional y coherente, principalmente, porque el meollo que<br />

insufla de un extraño “sentido” –si es posible usar este término en este caso– a estos<br />

episodios no es otro que el discurso de la locura. Y entiéndase aquí que el discurso de la<br />

locura en esta novela no se circunscribe al lenguaje y a la estructura. En realidad, estos<br />

no son sino medios de expresión de una particular visión del mundo, lo que podríamos<br />

llamar los tropos del discurso de la locura tal como aparece en esta ficción. Más bien los<br />

rasgos primordiales de esta visión del mundo son la negación, la contradicción, la<br />

victimización, el cuerpo deforme, la irracionalidad y un conjunto de emociones<br />

compuesto por el miedo, la angustia y la ansiedad. Tales rasgos conforman un mundo<br />

signado por reglas muy peculiares, las del caos y las del juego, que le dan a esta realidad<br />

una apariencia grotesca y extraña. En las páginas que siguen a continuación, tendremos<br />

ocasión de hablar con más detalle sobre cada uno de estos elementos de nuestra<br />

argumentación.<br />

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