LO MONSTRUOSO EN DOS NOVELAS CONTEMPORÁNEAS: UNA ...
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enano es una narrador oral. En otras palabras, son creadores. Ya hemos mencionado en<br />
las páginas anteriores de este capítulo que el periodista miope y el Barón de Cañabrava<br />
sostienen una larga conversación o, mejor sería decir, mantienen dos monólogos<br />
paralelos. Durante ellos la narración toma especial cuidado en describir las evoluciones<br />
del cuerpo filiforme, contrahecho, huesudo e increíblemente plegable del periodista y<br />
las posiciones desconcertantes que asume su cuerpo en la silla en la que está sentado. Su<br />
cuerpo se contorsiona, se pliega al igual que la inextricable madeja de historias y<br />
absurdos que su conversación con el Barón va reviviendo: “Se había deslizado del sillón<br />
de cuero al suelo y allí estaba, sentado en la madera, con las rodillas encogidas y el<br />
mentón en una de ellas, hablando como si el Barón no estuviera allí” (394). Es como si<br />
en su cuerpo se marcaran esas historias confusas e inexplicables: “Cabeceó otra vez<br />
como una gallina sin sosiego y se izó en sus largos brazos huesudos hasta el sillón de<br />
cuero” (397). Todos los vericuetos inimaginables e increíbles de lo que fue la historia de<br />
Canudos se ven reflejados en ese cuerpo anómalo del miope: “Como si no supiera qué<br />
hacer con su cuerpo, el periodista volvió a deslizarse al suelo con una flexión de sus<br />
largas piernas” (399). La primera vez que el coronel Moreira César advierte la presencia<br />
del miope lo mira como si fuera “un ser caído de otro planeta”. El periodista miope,<br />
debido a su apariencia filiforme, a las extrañas evoluciones de su esqueleto y a sus<br />
pertinaces y prolongados ataques de estornudos que lo dejan exhausto y derrumbado<br />
como un pelele –en una palabra debido a su corporalidad–, parece un ser inverosímil,<br />
imaginario. A través de lo anómalo del cuerpo, lo imaginario se entremezcla con la<br />
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