LO MONSTRUOSO EN DOS NOVELAS CONTEMPORÁNEAS: UNA ...
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precisamente este caos el que está detrás de las máscaras, el que late tras las formas de<br />
la novela. En ese sentido, tenemos el testimonio del narrador que postula que la historia<br />
que él pretende contar está signada por “la libertad anárquica con que funcionan las<br />
mentes de las ancianas”, es decir, por el caos. Aquí cabe agregar, desde otra perspectiva<br />
–y haciéndonos eco a una larga lista de críticos que poco después de publicada la novela<br />
advirtieron esta relación–, que el caos representa la irrupción del inconsciente, aunque<br />
mediado por una abigarrada tradición de formas literarias de cariz grotesco. Pero el<br />
tema que en principio me interesa abordar con la mención al título y al epígrafe de la<br />
obra –y que es particularmente relevante para nuestro estudio– es la teología de William<br />
James padre, pues una de sus ideas centrales es la que explica, más allá del grotesco<br />
romántico, la despectiva visión que la novela le atribuye a ser alguien.<br />
William James escribió “The curse of mankind, that which keeps our manhood<br />
so little and so depraved, is its sense of selfhood, and the absurd abominable<br />
opinionativeness it engenders. . . .” (57). Esta idea calza perfectamente con lo que<br />
hemos señalado de que en El obsceno pájaro de la noche la búsqueda de ser alguien, de<br />
tener una identidad, es la raíz del egoísmo, de la maldad y de la furiosa confrontación<br />
entre unos y otros. Para James padre el selfhood –el sí mismo, la personalidad– es de un<br />
carácter intrínsecamente fenomenológico, es decir, que no tiene realidad o existencia<br />
fuera de la conciencia individual y pensar de otra manera obedece a que estamos<br />
sumergidos en una profunda ilusión. Como señala en una de sus cartas: “Now the<br />
deepest and most universal of these prejudices is that which makes selfhood the greatest<br />
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