LO MONSTRUOSO EN DOS NOVELAS CONTEMPORÁNEAS: UNA ...
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dimensiones hiperbólicas y poseen vida propia: el falo, la nariz, el vientre, la boca, el<br />
trasero, los senos (Bajtin 285). Ante esta transmutación, el cuerpo adquiere un carácter<br />
grotesco, monstruoso, deforme, lo que pone en evidencia su carácter cambiante, su estar<br />
sujeto a la transformación y al perecimiento, pero también su poder de dar vida, de ser<br />
fecundo, de crear –nótese que las partes que sobresalen y que son exageradas están<br />
relacionadas con el coito o con la alimentación y, por ende, expelen o absorben– (Bajtin<br />
286). Este cuerpo grotesco que se expande a través de sus partes descomunales es uno<br />
que Bajtin define como abierto, es decir, que está en constante fusión con otros cuerpos<br />
o con el mundo y así lo revelan los actos más ordinarios con los que se lo vincula: el<br />
coito, la alimentación, la defecación, el orinar, la muerte, en otras palabras, toda<br />
instancia que lo ponga en contacto con otros cuerpos o con el mundo (Bajtin 285-286).<br />
En ese sentido, el cuerpo mostruoso es una celebración de la fecundidad, de lo que<br />
perece y, acto seguido, se regenera en otro cuerpo o en la naturaleza. Pero en el caso de<br />
la novela podríamos decir que los monstruos del circo y otros personajes deformes son,<br />
más bien, una celebración de la fecundidad de la imaginación. Su presencia representa<br />
la irrupción de lo imaginario, de lo inverosímil en medio de la vida del sertón y esto se<br />
hace más evidente porque muchos de los actos que llevan a cabo son actos de<br />
imaginación, de creación. En síntesis, no se trata en este caso solo de la fecundidad del<br />
cuerpo o de la naturaleza como apuntaba Bajtin a propósito de Gargantúa y Pantagruel,<br />
sino también de la fecundidad y de los poderes creativos de la imaginación. Esta<br />
diferencia se entiende fácilmente ya que Bajtin apuntaba a un fenómeno social e<br />
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