LO MONSTRUOSO EN DOS NOVELAS CONTEMPORÁNEAS: UNA ...
LO MONSTRUOSO EN DOS NOVELAS CONTEMPORÁNEAS: UNA ...
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ealidad histórica que la novela recrea. Hay otra relación importante que se desprende<br />
aquí: la creación ya sea a través de la escritura, la palabra o el número circense, siempre<br />
proviene de un ser deforme o con ciertas anomalías físicas. Además de ver en ello,<br />
como hace Cuervo Hewitt (475-477), un eco de las ideas de Vargas Llosa sobre la<br />
figura del escritor en un sentido universal o en el ámbito latinoamericano, podríamos<br />
ver que el monstruo representa en esta novela por partida doble lo imaginario literario:<br />
por razón de su propio cuerpo inverosímil y por el poder creador que se le asigna.<br />
Precisamente, este doble carácter imaginario se pone en evidencia en las formas<br />
peculiares de su fisonomía, en cierto modo, encarnación de la imaginación fecunda y en<br />
el poder creativo de los que hace gala al hablar, al escribir o al actuar.<br />
Al lado del periodista, tenemos al León de Natuba, quien es el escriba sagrado<br />
de la comunidad de Canudos, el que se dedica a transcribir las palabras del Consejero<br />
para la posteridad, “para añadir un evangelio a la Biblia”(456). Tiene una enorme<br />
cabeza cubierta con largas e hirsutas crenchas (de ahí su sobrenombre) que pende de un<br />
frágil cuerpecillo que corona una gran joroba y cuyas extremidades inferiores son<br />
excepcionalmente cortas y débiles, mientras las superiores son muy largas, de tal modo<br />
que al andar se apoya en sus cuatro extremidades como un cuadrúpedo, aunque por la<br />
manera en que se mueve da más bien la impresión de un simio. El mismo periodista<br />
miope cuando lo descubre en el santuario se pregunta lleno de extrañeza y cierta<br />
repugnancia: “¿Cómo podía un esqueleto humano descomponerse, plegarse de ese<br />
modo? ¿Qué retorcimientos absurdos tenían esa columna, esas costillas, esos huesos?”<br />
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