LO MONSTRUOSO EN DOS NOVELAS CONTEMPORÁNEAS: UNA ...
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innumerables. Los mismos procedimientos aplican quienes se oponen a los yagunzos.<br />
Mientras el Barón de Cañabrava, hacendado de la región, sostiene una entrevista con su<br />
adversario político, el Coronel Moreira César, héroe republicano, le dice refiriéndose a<br />
los consejeristas: “¿De veras cree que yo ayudo a herejes dementes, a incendiarios y<br />
ladrones de haciendas?”(210). Por su parte al reflexionar sobre la guerra, el joven<br />
auxiliar de medicina del ejército, Teotónio Leal Cavalcanti, piensa acerca de los<br />
yagunzos: “Bárbaros, inciviles, salvajes . . .”(427). Y poco después concluye para sí<br />
mismo: “Tenemos al frente a simples salvajes” (427). El general Oscar, al mando de la<br />
cuarta expedición enviada contra los rebeldes de Canudos, observa el cadáver castrado,<br />
desorejado y desnarigado del coronel Serra Martins y se congratula a sí mismo por<br />
haber dado la orden de degollar a todos los “sebastianistas”que caigan prisioneros,<br />
decisión que justifica con dos argumentos: “Se trata de bandidos, no de soldados” y<br />
como las provisiones escasean piensa que “sería más cruel matarlos de hambre y<br />
absurdo privar de raciones a los patriotas para alimentar a monstruos capaces de hacer<br />
lo que han hecho con ese jefe”(463). Para descrédito de este último juicio del general,<br />
cuando el ejército captura a uno de los líderes de los yagunzos, Pajeú, el coronel<br />
Medeiros manda a su captor, el soldado Queluz, a que lo decapite, le corte la lengua, le<br />
reviente los ojos y arroje su cabeza por encima de la barricada para que la vean los<br />
yagunzos.<br />
En un episodio de la novela, podemos ver cómo esta clase de lenguaje que<br />
desfigura al otro es puesta en evidencia. Tras la destrucción de Canudos y la<br />
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