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Untitled - Wuala

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No fue ni la primera ni la única vez que agredió a uno de sus<br />

colaboradores.<br />

Durante su primer viaje presidencial a España, en julio de 2003, varios<br />

testigos vieron cómo le dio una fuerte patada en el traste a Rubén Zacarías,<br />

responsable de Protocolo y Ceremonial.<br />

Todo comenzó en la residencia del embajador, que en ese momento<br />

habitaba el escritor Abel Posse. La noche anterior Kirchner le había pedido a<br />

Zacarías que citara a las ocho y media de la mañana a Rafael Bielsa. Quería que el<br />

canciller le anticipara los temas del encuentro con el rey Juan Carlos y la reina Sofía<br />

en el Palacio de la Moncloa. Quizá porque era su primer viaje, o porque había<br />

entendido mal, Zacarías citó a toda la delegación argentina a la misma hora, en<br />

lugar de a las diez de la mañana, como estaba previsto.<br />

Zacarías, alias "El Petiso", es un correntino que aterrizó en Río Gallegos en<br />

1982. Empezó a trabajar en la Casa de Gobierno de Santa Cruz cuando asumió<br />

Puricelli. Ahora es el jefe de Ceremonial de la presidenta Cristina Fernández. Tiene<br />

dos hermanos: Miguel, quien trabaja con Ramón Granero en la Secretaría de<br />

Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el<br />

Narcotráfico, y Luis, quien todavía atiende a Kirchner.<br />

Cuando el Presidente vio el cuadro de situación a través del cortinado<br />

blanco con detalles dorados de la puerta de la embajada, se puso fuera de sí y<br />

empezó a los gritos:<br />

-¿Pero qué mierda es esto? ¿Qué hace toda esta gente acá? ¿Quién los<br />

llamó? ¡Que venga Rubén!<br />

Zacarías intentó explicarle, pero el jefe de Estado no lo dejó.<br />

De inmediato se puso a correrlo alrededor del piano de cola que había en el<br />

salón principal, ante la mirada sorprendida de Bielsa y la incredulidad de Posse.<br />

El canciller estaba muy cerca del lugar de los hechos, pero el embajador<br />

permanecía escondido, detrás de otras cortinas, por temor a que la furia de<br />

Kirchner también lo afectara a él.<br />

Cada tanto, Néstor lo alcanzaba y le propinaba una fuerte patada en la<br />

parte del cuerpo sobre la que la gente se sienta.<br />

Alguien que vio la escena, la contó así:<br />

-Parecían Batman y Robin. El Presidente con su traje azul, tramado, con el<br />

saco cruzado abierto, preocupado por aplicarle la patada, y Rubén escapando,<br />

mientras trataba de hablar. Cada tanto quedaban frente a frente, con las rodillas<br />

flexionadas. Entonces todo volvía a empezar.<br />

Después del escandalete, Posse le regaló a Bielsa un libro de su autoría<br />

que acababa de ser publicado. En la dedicatoria hizo referencia al suceso y firmó<br />

Abel "Kick" Posse. En inglés, kick significa patada.<br />

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