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Untitled - Wuala

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Pinto, una de las personas que más conoce los tejes y manejes de Báez,<br />

formó parte del Partido Justicialista de Santa Cruz desde 1983 hasta 1993.<br />

Para entender el manejo de los fondos del banco que hizo Báez, con la<br />

bendición de Kirchner, es muy ilustrativa la anécdota que da comienzo al primer<br />

capítulo de este libro (véase Primera Parte: El verdadero Kirchner. Capítulo 1: "La<br />

venganza del boludo").<br />

Pinto sostiene que, para saber quiénes entraron en semejante juego de<br />

toma y daca, solo basta con revisar la decena de solicitadas que aparecieron en La<br />

Opinión Austral y que firmaron hombres de negocios en 1994 y 1998. Fueron los<br />

años en los que Kirchner peleó y ganó por la reelección para mantenerse en el<br />

poder.<br />

-Allí figuran los que recibieron los créditos más generosos -aclaró.<br />

Igual que los subsidios del transporte o la distribución de fondos de la obra<br />

pública o el reparto de pauta oficial, el festival de créditos del Banco de Santa Cruz<br />

fue un negocio de doble vía: el otorgamiento discrecional y el control político.<br />

-Cuando empezamos a investigar la cartera del banco, descubrimos que los<br />

mismos empresarios que puteaban a Kirchner porque no podían librar un cheque, a<br />

los pocos días aparecían contentos, con plata y firmando solicitadas para apoyar la<br />

"excelente" gestión del gobernador -afirmó Javier Bielle.<br />

El legislador, para ilustrar la maniobra, declaró que Kirchner fue el<br />

verdadero inventor del "corralito" pero en 1993.<br />

-Solo les prestó a quienes lo adularon o estuvieron dispuestos a hacer<br />

negocios. A los demás, los puso en un corralito parecido al que impuso el ministro<br />

Domingo Cavallo.<br />

Entre los elegidos de Néstor y Lázaro figuraron el actual presidente del<br />

Tribunal Superior de Justicia de la provincia, Daniel Mariani, y el intendente<br />

kirchnerista de Puerto Deseado, Arturo Rodríguez. Mariani obtuvo un préstamo de<br />

medio millón de dólares. No hay constancia de que lo haya devuelto.<br />

El resultado de la movida con el banco oficial en términos económicos fue<br />

desastroso: en 1997, cuando el gobernador Kirchner decidió su privatización para<br />

"sanearlo", sus incondicionales, con Lázaro a la cabeza, ya habían repartido<br />

préstamos con absoluta irresponsabilidad: entre 150 y doscientos millones de<br />

dólares que jamás pudieron ser recuperados.<br />

Lázaro, uno de los responsables del desastre, fue sometido a un simulacro<br />

de juicio. Resultó libre de culpa y cargo.<br />

La lista completa de la vergüenza se perdió entre la complicidad de la<br />

mayoría de la clase política cuyos exponentes habían recibido parte de esos<br />

créditos.<br />

Pero Báez no solo inauguró junto con Kirchner el uso de la información<br />

para sacar provecho económico de ella. Dio un paso más: se metió en las empresas<br />

endeudadas, las copó y, finalmente, se las quedó.<br />

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