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Untitled - Wuala

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-Yo me ocupo de todo: compro el pliego, armo la sociedad, busco el lugar,<br />

lo alquilo, lo refacciono y contrato a la gente. Vos poné la guita inicial y dame una<br />

participación en la compañía.<br />

Cristóbal volvió a dudar:<br />

-Tengo demasiado quilombo.<br />

Y Benedicto le dio el empujón final:<br />

-Decime, Cristóbal. Estás frente a una oportunidad única, ¿la vas a dejar<br />

pasar?<br />

"¿La vas a dejar pasar?" fue la pregunta "asesina". La que le hizo pensar a<br />

Cristóbal una y otra vez que jamás se perdonaría haberse perdido el negocio de su<br />

vida.<br />

El empresario dijo que sí, y al mismo tiempo tuvo que aclararle a su esposa<br />

que por ahora no comprarían la casa de sus sueños, aquella que el gerente general<br />

de Pride acababa de poner en venta.<br />

Cristóbal dio el sí, pero antes le hizo jurar a Benedicto que se ocuparía de<br />

todo, desde el principio hasta el final.<br />

López y Benedicto le ganaron la licitación a la empresa Punto y Banca por<br />

un margen mínimo en el precio.<br />

Ahora, cuando cuenta los billetes que le corresponden por su participación<br />

en Casino Club, pero también cuando analiza el impacto de semejante negocio en<br />

su imagen pública y la de su familia, Cristóbal recuerda aquella frase de Benedicto<br />

y sonríe con tristeza.<br />

Él, como todos los hombres de negocios cercanos al poder, quisiera solo<br />

gozar de los beneficios que implica ser considerado el caballo del comisario. Pero no<br />

está dispuesto a pagar precio alguno por eso.<br />

-Decime, ¿por qué puta razón tengo que pagar yo sólo el costo de ser<br />

considerado "el Yabrán de Kirchner", su palo blanco, el dueño del juego en la<br />

Argentina, si apenas tengo el treinta por ciento de Casino Club? ¡Lo único que falta<br />

es que digan que soy puto y falopero! Pero, a pesar de todas las operaciones que<br />

me hacen, ¡todavía puedo decir con la frente bien alta que en mis casinos no hay<br />

putas ni faloperos ni prestamistas!<br />

En el capítulo siguiente el lector encontrará los hechos que dan<br />

consistencia a esas y otras sospechas.<br />

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