You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
pecho intentando controlar los espasmos. Deseó abofetearlo con todas sus fuerzas, hacerle daño, tanto como él le estaba<br />
haciendo en aquel momento—. Piensas irte de todas formas, ¿no? Pues hazlo cuanto antes. ¡No quiero verte nunca más! —<br />
Descruzó los brazos y lo empujó con las manos abiertas—. ¡Fuera! —Esta vez cerró los puños y volvió a golpearlo en el<br />
pecho con todas sus fuerzas.<br />
—Está bien —su voz se apagó al mirarla a los ojos. Dio media vuelta y subió al coche con el corazón destrozado. La<br />
miró una sola vez y desapareció a toda velocidad.<br />
—¿Quieres hablar? —preguntó Alice poniendo una taza de té caliente en las manos de Kate.<br />
Ella negó con la cabeza, las lágrimas seguían resbalando por su rostro sin cesar. Tenía los ojos hinchados y un dolor<br />
agudo en el pecho que no la dejaba respirar.<br />
Unos golpecitos sonaron en la puerta. Un instante después, Jill entraba en el salón muy preocupada.<br />
—Os dejaré para que habléis de vuestras cosas —dijo Alice dedicándole una mirada significativa a Jill—. Es muy<br />
tarde, puedes quedarte a dormir si quieres.<br />
—Gracias —respondió Jill, devolviéndole la mirada.<br />
Se acercó al sofá donde Kate estaba envuelta en mantas, y se sentó junto a ella.<br />
—¿Estás bien? —preguntó en voz baja.<br />
Kate sacudió la cabeza, clavando sus ojos vidriosos en ella, y una nueva explosión de llanto la sacudió. Jill alargó un<br />
brazo y la atrajo hacia su pecho acariciándole con suavidad el pelo.<br />
—Me quiere, William me quiere —sollozó Kate.<br />
—Lo sé, cualquiera podría verlo.<br />
—Pero se va a marchar —dijo dirigiéndole una mueca que pretendía ser una sonrisa. Meneó la cabeza—. No consigo<br />
entenderlo, Jill, por más vueltas que le doy, no lo entiendo.<br />
—Lo sé, cariño, lo sé. Y, aunque te duela, es lo mejor —comentó sin dejar de peinarle el pelo con los dedos.<br />
—Tú eres mi amiga. ¿Cómo puedes decirme eso? —preguntó desesperada.<br />
—Por eso, porque soy tu amiga y te quiero, y debes confiar en mí —respondió. Sintió que sus propios ojos se llenaban<br />
de lágrimas. Ahora entendía lo difícil que era cargar con el secreto de su nueva familia, y lo miserable que era tener que<br />
vivir mintiendo a las personas que amaba—. El mundo de William no es para ti, ni el tuyo para él —añadió, compartiendo<br />
la pena de Kate.<br />
Kate meneó la cabeza, aturdida, sin comprender lo que Jill decía. Una espesa niebla embotaba su cerebro, se dio cuenta<br />
de que su abuela debía haber puesto algo en el té para tranquilizarla, porque sus párpados se cerraban sin que ella pudiera<br />
evitarlo. Se acurrucó aún más entre los brazos de su amiga y dejó que el sueño la meciera.
Change language