Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Y harías cualquier cosa por él, ¿verdad? —preguntó, intuyendo lo importante que William era para él. Shane se limitó<br />
a asentir. Y ella añadió—: ¡Me diste un susto de muerte!<br />
Shane la miró de soslayo. Allí, tan cerca, parecía más menuda y pálida que de costumbre.<br />
—Fue divertido verte coger esa piedra —respondió él con una leve sonrisa.<br />
—Para ti hubiera sido una caricia.<br />
La expresión de Shane cambió, transformándose en una máscara oscura.<br />
—Sufrías mucho. No fui capaz de quedarme mirando, por eso dejé que me vieras — admitió con gran esfuerzo.<br />
—Así que no eres tan malo como intentas aparentar.<br />
—No dejes que las apariencias te engañen, soy de todo menos bueno. Pregúntale a cualquiera —replicó esbozando una<br />
sonrisa traviesa.<br />
—¿Tratas de impresionarme, Shane? —le preguntó entrando en su juego.<br />
Él había bajado la guardia, abandonando su actitud fría y distante, y ahora estaba bromeando con ella. Frunció el ceño<br />
de forma inquisitiva, no iba a desperdiciar la oportunidad de intentar convertirse en su amiga. Shane se encogió de<br />
hombros con suficiencia, mientras una risa ronca surgía de su garganta.<br />
—Pues te va a costar bastante superar todo lo que he visto hasta ahora —dijo ella con indiferencia.<br />
De golpe, Shane se puso serio, se levantó muy despacio y clavó sus ojos brillantes como el oro líquido en los de Kate.<br />
—¿Me estás retando? —susurró.<br />
A Kate se le atragantaron las palabras, bajo aquel hermoso rostro percibió una naturaleza completamente salvaje. De<br />
repente, él saltó hacia atrás girando en el aire a la vez que cambiaba de forma. Se estiró, se contorsionó y aterrizó sobre<br />
sus cuatro patas, tensas por la fuerza de sus músculos. Muy despacio, volvió hasta ella, con la cabeza casi rozando el suelo<br />
y un gruñido condensándose en su garganta.<br />
Se quedó paralizada y, de pronto, asustada frente al enorme lobo. Shane se detuvo a menos de un metro de ella. Su boca<br />
se curvó mostrando los dientes, pero no hubo gruñido, apenas un gemido contenido y un brillo chispeante en sus ojos. Kate<br />
lo miró de hito en hito, aquel presumido se estaba burlando de ella. Se dobló hacia delante con intención de quitarse el<br />
zapato y arrojárselo, cuando una figura salida de la nada se interpuso entre ellos.<br />
—Shane Solomon, te aseguro que tú y yo vamos a tener más que palabras sobre esto —amenazó Marie con las manos en<br />
sus caderas, ceñidas por un precioso vestido de color morado que marcaba cada centímetro de su cuerpo perfecto.<br />
El lobo dio media vuelta y con un ligero trote, que a Kate le pareció arrogante, se alejó hacia la arboleda.<br />
Marie se sentó junto a Kate con una extraña sonrisa.<br />
—Es como un Neandertal —dijo la vampira recostándose sobre los peldaños.<br />
—Solo va de chico duro, pienso que en el fondo es muy dulce —respondió Kate.<br />
—¿No crees que es muy guapo? —preguntó Marie como si no hubiera oído nada de lo que Kate había dicho.<br />
—Sí, muy guapo… y también muy sexy —aventuró con intención, sin apartar los ojos de la expresión ensimismada de la<br />
vampira.<br />
Marie se mordió el labio.<br />
—Sí, y esos vaqueros le sentaban de maravilla —susurró con pena, observando los restos desperdigados de la ropa de<br />
Shane. Cruzó su mirada con Kate y ambas rompieron a reír a carcajadas.