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Daniel GolemanInteligencia Emocionalen el rendimiento escolar, aunque era uno de los alumnos más aventajados. Tom era hijo de un científico yplaneaba estudiar ciencias porque la aparente soledad de su desempeño se ajustaba perfectamente a supredisposición introvertida.Ralph, por el contrario, era uno de los niños más abiertos y expansivos, del estudio. Era un niño muylocuaz que siempre estaba relajado; a los trece años permanecía cómodamente sentado, sin mostrar elmenor signo de nerviosismo y hablaba con el entrevistador en un tono confiado y cordial, como si fuera unomás de sus compañeros (a pesar de que la diferencia de edad entre ellos fuera de unos veinticinco años).Durante la infancia, sólo había sentido dos miedos pasajeros, uno de ellos a los perros (después de que ungran perro saltara sobre él a la edad de tres años) y el otro a volar (cuando, a los siete años de edad, oyóhablar de un accidente de aviación). Sociable y popular, Ralph nunca se había considerado un niñovergonzoso.Los niños tímidos parecen venir a la vida con un sistema nervioso que les hace sumamentereactivos a las más leves tensiones y, desde el mismo momento del nacimiento, sus corazones laten másrápidamente que los de los demás en respuesta a situaciones extrañas o insólitas. La frecuencia cardiacade los niños que, a los veintiún meses, se mostraban más reacios a jugar, era más acelerada que la de losdemás. Y es precisamente esa ansiedad y esa hiperexcitabilidad lo que parece subyacer a su timidez,puesto que se enfrentan a cualquier persona o situación desconocida como si se tratara de una amenazapotencial. Y tal vez sea también por ello por lo que las mujeres de mediana edad que recuerdan haber sidoespecialmente vergonzosas en su infancia tienden a vivir con más miedos, preocupaciones y culpabilidad ya padecer más problemas relacionados con el estrés (dolores de cabeza, colón irritable y otros problemasdigestivos) que aquéllas otras que durante la infancia eran más abiertas y expresivas:LA NEUROQUIMICA DE LA TIMIDEZEn opinión de Kagan, la diferencia existente entre el cauteloso Tom y el expansivo Ralph se originaen la excitabilidad de un circuito nervioso centrado en la amígdala. Según Kagan, la gente proclive, comoTom, a la timidez, tiene una predisposición neuroquimica innata a la hiperexcitabilidad de ese circuito y éstees el motivo por el cual evitan las situaciones desconocidas, huyen de la incertidumbre y sufren deansiedad. Por el contrario, quienes, como Ralph, tienen un sistema nervioso calibrado a un umbral superiorde activación de la amígdala, son menos temerosos, más expansivos y más dispuestos a explorar lugaresdesconocidos y conocer a nuevas personas.Uno de los indicadores más tempranos de este patrón nervioso heredado es lo difícil e irritable que esel niño o lo tenso que se pone cada vez que debe enfrentarse a algo o alguien desconocido. El hecho esque uno de cada cinco niños recién nacidos cae en la categoría de los tímidos y que dos de cada cinco lohacen en la categoría de los abiertos.Gran parte de los datos presentados por Kagan proceden de observaciones realizadas con gatos,que son animales extraordinariamente tímidos. Uno de cada siete gatos caseros presenta una pauta detimidez parecida a la de los niños vergonzosos; son gatos que, en lugar de exhibir la legendaria curiosidadfelina, huyen de las novedades, son reacios a explorar nuevos territorios y son tan retraídos que sólo atacana los roedores pequeños (mientras que sus congéneres más animosos no dudan en perseguir a roedoresmayores). Las investigaciones realizadas directamente en el cerebro de los gatos tímidos muestran unaamígdala más excitable de lo normal, especialmente cuando, por ejemplo, oyen el maullido amenazador deotro gato.En el caso de los gatos, la timidez aparece alrededor del primer mes de vida, que es el momento enel que la amígdala se encuentra suficientemente madura para asumir el control de los circuitos nerviososcerebrales encargados de las respuestas de aproximación o huida. Un mes en el cerebro de un gatito esequiparable a ocho meses en el cerebro humano, el periodo en el que, según Kagan, aparece el miedo a lo«desconocido» en los bebés (es precisamente durante este período, si la madre abandona la habitación ydeja al niño en presencia de un extraño, el niño rompe a llorar). Tal vez —postula Kagan— los niños tímidoshereden un porcentaje crónicamente elevado de noradrenalina o de algún otro neurotransmisor cerebralque estimule la amígdala y así rebaje el umbral de excitabilidad que facilite la activación de la amígdala.Uno de los síntomas de esta exacerbación de la sensibilidad es que ante situaciones de estrés(como, por ejemplo, olores desagradables) los chicos y chicas que vivieron una infancia tímida muestranuna frecuencia cardiaca mucho más elevada que la de sus compañeros, un síntoma que sugiere que lanoradrenalina está activando su amígdala y todo su sistema nervioso simpático. Kagan descubrió que losniños tímidos presentan una reactividad mayor en todas las manifestaciones del sistema nerviososimpático, desde la presión sanguínea hasta la dilatación de las pupilas y los niveles de marcadores denoradrenalina en su orina.138

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