10.07.2015 Views

1lhNMuf

1lhNMuf

1lhNMuf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Daniel GolemanInteligencia Emocionalutilizadas consistía en insertar un embudo en una manguera de modo que, a través de ésta, pueda verterseen menos de diez segundos una jarra entera de cerveza. Pero no debemos considerar que esteprocedimiento constituya una rareza aislada, porque una encuesta mostró que aproximadamente el 40% delos estudiantes universitarios varones son capaces de ingerir un mínimo de siete bebidas alcohólicas deuna sentada y el 11% se consideran a sí mismos «bebedores resistentes», otra forma de denominar, ensuma, al alcoholismo. En la actualidad, el 50% de universitarios varones y el 40% de las universitarias seemborrachaban al menos un par de veces al mes. Aunque en los Estados Unidos el uso de las drogas entrela ventud disminuyó durante la década de los ochenta, es cada vez mayor el consumo de alcohol a edadesmás precoces. Un estudio llevado a cabo en 1993 reveló que el 33% de las estudiantes universitariasadmitían que bebían para emborracharse, frente a un porcentaje del 10% en 1977. En términos generales,uno de cada tres estudiantes bebe con la intención de embriagarse. Esta situación comporta, a su vez, otrotipo de riesgos, puesto que el 90% del total de violaciones denunciadas en los campus universitariostuvieron lugar después de que la víctima o el agresor —o ambos a la vez— hubieran estado bebiendo. Porúltimo, los accidentes relacionados con el alcohol son la principal causa de mortalidad entre los jóvenes deedad comprendida entre los quince y los veinticuatro años.La experimentación con el alcohol y las drogas parece ser un rito de pasaje para los adolescentespero, en algunos casos, esta primera toma de contacto puede llegar a tener efectos permanentes. En estesentido podríamos decir que el origen de la adicción de la mayoría de los alcohólicos y demás toxicómanosse remonta a la edad de diez años, aunque pocos de los que han experimentado con el alcohol y las drogasterminan convirtiéndose en alcohólicos o toxicómanos. Por ejemplo, más del 90% de los alumnos queconcluyen la enseñanza secundaria ya han probado el alcohol, pero sólo el 14% de ellos llegan atransformarse en alcohólicos. Del mismo modo, sólo un porcentaje inferior al 5% de los millones denorteamericanos que han probado la cocaína se han convertido en adictos. ¿Qué es, pues, lo quedetermina la diferencia entre uno y otro caso?Quienes habitan en un barrio con un alto índice de delincuencia, en donde se vende crack a la vueltade la esquina y el traficante de drogas es el ejemplo local más destacado del éxito económico, están másexpuestos al abuso de estas substancias.Algunos pueden llegar a hacerse adictos convirtiéndose en camellos ocasionales, otros simplementedebido a su facilidad de acceso o a una subcultura miope que mitifica el uso de las drogas; un factor esteúltimo que aumenta el riesgo del abuso de drogas en cualquier entorno, incluso —y quizás especialmente—entre los muchachos más acomodados económicamente. Pero todo ello no responde a la cuestión decuáles son los chicos que se hallan más expuestos a este tipo de trampas y presiones. ¿Quiénes van atener simplemente una experiencia ocasional y quiénes por el contrario, son más propensos, a convertirloen un hábito permanente?Una teoría científica al uso afirma que las personas que dependen del alcohol y de las drogas estánutilizando esas sustancias como una especie de medicación que les ayuda a mitigar su ansiedad, suenojo y su depresión, puesto que les permiten calmar químicamente la ansiedad y la insatisfacción que lesatormentan. En un seguimiento efectuado sobre varios cientos de estudiantes de séptimo y octavo curso alo largo de un par de años, quienes acusaron mayores niveles de angustia emocional mostraronposteriormente las tasas mas elevadas de abuso de drogas. Esto también podría explicar por qué haytantos jóvenes que prueban el alcohol y las drogas sin llegar a convertirse en adictos, mientras que otros sehacen dependientes casi desde el mismo comienzo. Así pues, las personas más vulnerables a la adicciónparecen encontrar en las drogas y el alcohol una especie de varita mágica que les ayuda a sosegar lasemociones que les han estado atormentando durante muchos años.Como señala Ralph Tarter, psicólogo del Western Psychiatric Institute and Clinie, de Pittsburgh: «haypersonas que parecen biológicamente predispuestas y cuya primera toma de contacto con la droga es tanrecompensante que los demás no podemos ni siquiera llegar a sospechar. Muchas personas que hanlogrado recuperarse del abuso de drogas me han confesado que, cuando la tomaron, se sintieron normalespor primera vez en la vida. Así pues, al menos a corto plazo, la droga actúa como una especie deestabilizador psicológico». Y en esto se basa, por supuesto, la principal tentación a la que recurre eldemonio de la adicción, ya que es capaz de provocar una sensación de bienestar a corto plazo, aunque, ala larga, termine abocando al desastre permanente.También existen ciertas pautas emocionales que parecen determinar que las personas tiendan aencontrar consuelo emocional en unas substancias más que en otras. Hay, por ejemplo, dos caminosdiferentes que conducen al alcoholismo. El primero de ellos se inicia cuando una persona que ha tenido unainfancia llena de tensión y ansiedad descubre —por lo general en la adolescencia— que el alcohol lepermite mitigar la sensación de ansiedad.Es frecuente que estas personas —generalmente varones— sean, a su vez, hijos de alcohólicos quetambién recurren a la bebida para tratar de calmar su nerviosismo. Uno de los indicadores biológicos deesta pauta es la hiposecreción de GABA, uno de los neurotransmisores que regulan la ansiedad. Cuanto159

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!