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Daniel GolemanInteligencia EmocionalLas señales procedentes de la amígdala también se proyectan a diversas partes del cerebro. Porejemplo, la rama procedente de las áreas central y medial se dirige a la región del hipotálamo encargada desegregar una substancia que activa la respuesta de urgencia corporal —la hormona corticotrópica (HCT) —que, a través de la liberación de otras hormonas, moviliza la reacción de lucha o huida. Por su parte, el áreabasal de la amígdala, envía ramificaciones al cuerpo estriado, que está relacionado con las regionescerebrales encargadas del movimiento. Otras ramificaciones neuronales de la amígdala envían señales através del núcleo central hasta la médula y, desde ella, al sistema nervioso autónomo, activando una ampliavariedad de respuestas en el sistema cardiovascular, los músculos y los intestinos.Otras ramificaciones procedentes del área basolateral de la amígdala, se dirigen al córtex cingulado ya otras fibras que regulan la musculatura esquelética. Son estas células, precisamente, las que hacen gruñira un perro o arquean la espalda de un gato cuando estos animales se ven amenazados por la presencia deun intruso en su territorio. En los seres humanos, estos mismos circuitos son los encargados de tensar lamusculatura de las cuerdas vocales responsables del tono de voz agudo propio de quien está muerto demiedo.Hay otro camino que conduce desde la amígdala hasta el locas cera leus —una estructura ubicadaen el tallo encefálico— que, a su vez, manufactura noradrenalina (también llamada «norepínefrina») y ladispersa por todo el cerebro. El efecto neto de la noradrenalina aumenta la reactividad global de las áreascerebrales que la reciben, sensibilizando los circuitos sensoriales. La noradrenalina baña el córtex, el talloencefálico y el mismo sistema límbico, poniendo al cerebro en estado de alerta. En tales condiciones, hastael más común de los crujidos de la casa puede hacerle temblar de miedo. La mayor parte de estos cambiostienen lugar de modo inconsciente, de modo que uno todavía no sabe siquiera que experimenta miedo.Pero a medida en que usted realmente comienza a sentir miedo, es decir, en la medida que laansiedad inconsciente penetra en la conciencia, la amígdala dirige una respuesta de amplio espectro. Eneste sentido, ordena a ciertas células del tallo encefálico que esculpan una expresión de miedo en su rostro—que levante sus cejas, por ejemplo—, inmovilizando simultáneamente otros músculos que no tengan quever con esa emoción, que aumente su ritmo cardiaco y su tensión sanguínea y enlentezca su respiración (loprimero que usted advertirá cuando sienta miedo es que súbitamente retiene la respiración para escucharcon más claridad aquello que le atemoriza). Esta es sólo una parte del amplio y coordinado conjunto decambios orquestados por la amígdala y otras áreas ligadas a ella cuando asumen la dirección en caso decrisis.Mientras tanto, la amígdala —y el hipocampo ligado a ella— ordena a las células que envíenneurotransmisores clave, por ejemplo, para liberar dopamina que lleva a concentrar la atención sobre lafuente de su miedo -el sonido extraño— y predispone a los músculos a reaccionar en consecuencia. Almismo tiempo, la amígdala activa las áreas sensoriales de la visión, asegurándose de que los ojos enfocanlo que es más importante para la urgencia presente. Simultáneamente se reorganizan los sistemas de lamemoria cortical para que el conocimiento y los recuerdos más relevantes para la urgencia emocional serecuerden más rápidamente y prevalezcan sobre otras vertientes del pensamiento menos relevantes.Una vez que estas señales han sido enviadas, usted se halla atrapado por el miedo: se tornaconsciente de la tensión característica de su abdomen, su corazón acelerado, la tensión de los músculosque rodean su cuello y sus hombros o el temblor de sus extremidades, su cuerpo inmóvil, mientras aplicatoda su atención a escuchar cualquier sonido nuevo y su mente se dispara al acecho de posibles peligros yformas de respuesta. Toda esta secuencia —desde la sorpresa a la incertidumbre, la aprensión y elmiedo— puede desplegarse a lo largo de un proceso que dura aproximadamente un segundo.(Para más información a este respecto, ver Jerome Kagan, Galen Prophecy. New York: Basic Books,1994.)188

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