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Daniel GolemanInteligencia Emocional4. Los niños optimistas: T. Berry Brazelton. prefacio a Heart Start: The Emotional Foundations ofSchool Readiness (Arlington, VA: National Center for Clinical lnfant Programs. 1982).5. Los predictores emocionales del éxito académico: Heart Start.6. Los ingredientes clave del rendimiento escolar: Heart Start, pág. 7.7. Hijos y madres: Heart Start, pág. 9.8. Los perjuicios del descuido: M. Erikson et al., “The Relationship Between Quality of Attachment andBehavior Problems in Preschool in a High-Risk Sample”, en 1. Betherton y E. Waters. eds., Monographs ofthe Society of Research in Child Development. 50, serie n 209.9. La extraordinaria importancia de las lecciones aprendidas en la infancia temprana: Heart Start,pág. 13.10. El seguimiento de los niños agresivos: L. R. Huesman, Leonard Eron y Patty Warnicke-Yarmel,“Intelectual Function and Agression”, en The Journal of Personality and Social Psvchology (enero de 1987).Alexander Thomas y Stella Chess refieren conclusiones similares en el número correspondiente aseptiembre de 1988 de la revista Child Development, en donde exponen los resultados de un estudiorealizado con setenta y cinco niños a quienes comenzaron a observar regularmente desde 1956, cuandotan sólo contaban entre siete y doce años de edad. Véase también, a este respecto, Alexander Thomas etal., “Longitudinal Study of Negative Emotional States and Adjustments From Early Childhood ThroughAdolescence”, en Child Development, 59(1988). Una década después, ya en plena adolescencia, los niñosque, en la escuela primaria, habían sido catalogados por los padres y por los profesores como muyagresivos, tenían serios problemas emocionales. Se trataba de chicos (la proporción de chicos doblaba a lade chicas) que no sólo se enzarzaban continuamente en peleas sino que también se mostrabanirrespetuosos o abiertamente hostiles hacia los otros nínos e incluso hacia sus padres y profesores. A lolargo de todos estos años, su hostilidad había permanecido inalterable y, al llegar a la adolescencia, teníanproblemas de relación con los compañeros de clase, con la familia y con la escuela. A medida que elseguimiento prosiguió en la edad adulta, estas dificultades entraron en el dominio de la delincuencia, laansiedad y la depresión.11. La falta de empatía de los niños que han sido victimas de la violencia: las observaciones diarias ylas conclusiones se hallan recogidas en el articulo de Mary Main y Carol George, “Responses of Abusedand Disadvantaged Toddlers to Distress in Agemates: A Study in the Day-Care Setting”, en DevelopmentalPsvcholo gv, 21 .3 (1985). Estos datos han sido corroborados también con preescolares: Bonnie Klimes-Dougan and Janet Kistner, “Physically Abused Preschoolers’ Responses to Peers’ Distress”, enDevelopmental Psychology, 26 (1990).12. Los problemas de los niños que han sufrido la violencia familiar: Robert Emery, “Family Violence”,en American Psvchologist (febrerode 1989).13. La transmisión de la violencia familiar de generación en generación: el hecho de que los niñosque han sido víctimas de la violencia tiendan a su vez, a agredir a sus propios hijos todavía sigue siendoobjeto de debate científico. Véase, a este respecto Cathy Spatz Widom, “Child Abuse, Neglect and AdultBehavior”, en American Journal of Orthopsvchiatry (Julio de 1989).Capítulo 13. Trauma y reeducacibn emocional1. En un articulo publicado en The New York Times, en la sección “Education Life” del 7 de enero de1990 escribí sobre los efectos permanentes del trauma originado por la tragedia ocurrida en la EscuelaElemental de Cleveland.2. Los casos de TEPT en victimas de delitos nos los ha proporcionado la doctora Shelly Niederbach,psicóloga del Victims’ Counseling Service, de Brooklyn.3. Este recuerdo de Vietnam procede de M. Davis, “A Analysis of Ayersive Memories Using the Fear-Potentiated Startle Paradigm”, en N.Butters y L. R. Squire, eds., The Neuropsychology of Memory (Nueva York: Guilford Press, 1992).4. LeDoux proporciona la corroboración científica de la especial persistencia de estos recuerdos en“Indebility of Subeortical Emotional Memories”,JournalofCognitive Neuroscience (1989), vol. 1 ,págs.238-243.5. Mi entrevista con el doctor Charney se publicó en The New York Times del l2de junio de 1990.6. Los experimentos con parejas de animales de laboratorio me los refirió el doctor John Krystal, y sehan realizado en diferentes laboratorios científicos. Los estudios más amplios los ha efectuado el doctor JayWeiss en la Universidad de Duke.208

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