10.07.2015 Views

1lhNMuf

1lhNMuf

1lhNMuf

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Daniel GolemanInteligencia Emocionalfrecuencia, en la trampa de creer que los niños son mucho más maduros de lo que son en realidad. Depoco sirven, por ejemplo, las reprimendas a un bravucón de cuatro anos de edad, puesto que laautoconciencia que le enseñará a ser humilde aparece alrededor de los cinco años.El ritmo del crecimiento emocional está ligado a varios procesos de desarrollo, particularmente a lacognición y a la madurez biológica del cerebro. Como ya hemos visto anteriormente, las capacidadesemocionales, como la empatia y la autorregulacion emocional, comienzan a aparecer casi desde la mismainfancia.Los años de la guardería jalonan la maduración de las «emociones sociales» —sentimientos talescomo la inseguridad, la humildad, los celos, la envidia, el orgullo y la confianza—, emociones todas ellasque requieren la capacidad de compararse con los demás. Al adentrarse en el mundo social de la escuela,el niño de cinco años de edad entra también en el mundo de la comparación social. Pero no es tan sólo elcambio externo el que produce estas comparaciones sino también la emergencia de una capacidadcognitiva, la capacidad de compararse con los demás con respecto a determinadas cualidades (ya sea lapopularidad, el atractivo o la destreza con el monopatin). Es a esta edad, por ejemplo, cuando el hecho detener una hermana mayor que saque buenas notas puede llevar a un niño a considerarsecomparativamente «estúpido».El doctor David Hamburg, psiquiatra y presidente de la Carnegie Corporation que se ha dedicado aevaluar algunos de los primeros programas de educación emocional, considera que los años que marcan latransición a la escuela primaria y el ingreso en el instituto constituyen dos momentos especialmente críticospara el ajuste social del niño. Según Hamburg, desde los seis hasta los once años: «la escuela constituyeun auténtico crisol y una experiencia que influirá decisivamente en la adolescencia del niño y mas allá deella. La sensación de autoestima de un niño depende fundamentalmente de su rendimiento escolar. Un niñoque fracase en la escuela pondrá en movimiento una actitud derrotista que luego puede arrastrar durante elresto de su vida». Entre los elementos esenciales para sacar provecho de la escuela, Hamburg señala «lademora de la gratificación, la responsabilidad social adecuada, el control de las emociones y unaperspectiva optimista ante la vida», otro modo, en fin, de referirse a la inteligencia emocional Y Lapubertad es un período de grandes cambios en el sustrato biológico, las habilidades cognitivas y elfuncionamiento cerebral del niño y, en este sentido, constituye también un período crítico para elaprendizaje emocional y social. «Entre los diez y los quince años —señala Hamburg— la mayor parte de losadolescentes se ven expuestos por vez primera a la sexualidad, al alcohol, al tabaco y a las drogas», entreotras tentaciones. La transición que conduce al instituto rubrica el fin de la infancia y constituye, en símisma, un formidable desafío emocional. Dejando de lado todos los demás problemas, en este nuevoperíodo escolar disminuye el grado de autoconfianza y aumenta el de autoconciencia, que suele dar unaimagen de sí mismo demasiado inflexible y contradictoria. Uno de los más grandes retos de este períodotiene que ver con la «autoestima social», con la seguridad de que pueden hacer amistades y mantenerlas.Según Hamburg, esta coyuntura es la que contribuye a consolidar las habilidades del adolescente paraestablecer relaciones íntimas, sortear las crisis que puedan afectar a la amistad y nutrir su seguridad en símismos.Hamburg señala que, en la época en que los estudiantes entran en el instituto, quienes hanatravesado un proceso de alfabetización emocional se muestran en mejores condiciones que los demáspara hacer frente a las presiones de sus compañeros, las exigencias académicas y las instigaciones afumar o tomar drogas. El dominio de las habilidades emocionales constituye una vacuna provisional contrala agitación y las presiones externas que están a punto de afrontar.LA IMPORTANCIA DEL RITMOEn la medida en que los psicólogos evolutivos y otros investigadores van cartografiando el desarrolloevolutivo de las ernociones, cada vez se hallan en mejores condiciones de especificar las lecciones quedeben enseñarse al niño en cada uno de los distintos monlentos del proceso de desarrollo de la inteligenciaemocional, qué tipo de carencias duraderas es probable que padezcan quienes no lleguen a dominar lascompetencias en el momento adecuado y qué clase de experiencias podría programarse para tratar derecuperar el tiempo perdido.Por ejemplo, en el programa de New Haven, los niños de los cursos inferiores reciben leccioneselementales de autoconciencia, relaciones y toma de decisiones. En el primer curso, los alumnos, sesientan en círculo y juegan con «el cubo de los sentimientos» (un cubo en cada uno de cuyos lados haypalabras referidas a emociones tales como triste o excitado). Según cuál sea la cara del cubo que salga enla tirada, los niños describen una ocasión en la que experimentaron este sentimiento, un ejercicio que les172

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!