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America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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<strong>en</strong>tregados, atorm<strong>en</strong>tados, confinados <strong>en</strong> <strong>la</strong>s mazmorras, martirizados <strong>por</strong> su fe u obligados a refugiarse<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong>s fortalezas de los montes y <strong>en</strong> <strong>la</strong>s cuevas de <strong>la</strong> tierra, fue <strong>en</strong>tonces cuando los fieles testigos<br />

profetizaron vestidos de sacos. No obstante, siguieron dando su testimonio durante todo el período de<br />

1.260 años. Aun <strong>en</strong> los tiempos más sombríos hubo hombres fieles que amaron <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios y se<br />

manifestaron celosos <strong>por</strong> def<strong>en</strong>der su honor. A estos fieles siervos de Dios les fueron dados poder,<br />

sabiduría y autoridad para que divulgas<strong>en</strong> <strong>la</strong> verdad durante todo este período.<br />

“Y si alguno procura dañarlos, fuego procede de sus bocas, y devora a sus <strong>en</strong>emigos; y si alguno<br />

procurare dañarlos, es m<strong>en</strong>ester que de esta manera sea muerto”. Apocalipsis 11:5 (VM). Los hombres no<br />

pued<strong>en</strong> pisotear impunem<strong>en</strong>te <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios. El significado de tan terrible s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia resalta <strong>en</strong> el<br />

último capítulo del Apocalipsis: “Yo advierto a todo aquel que oye <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de <strong>la</strong> profecía de este<br />

libro: Si alguno añade a estas cosas, Dios traerá sobre él <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>gas que están escritas <strong>en</strong> este libro. Y si<br />

alguno quitare de <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de <strong>la</strong> vida, y de <strong>la</strong><br />

santa ciudad, y de <strong>la</strong>s cosas que están escritas <strong>en</strong> este libro”. Apocalipsis 22:18, 19 (RV95).<br />

Tales son los avisos que ha dado Dios para que los hombres se abst<strong>en</strong>gan de alterar lo reve<strong>la</strong>do o<br />

mandado <strong>por</strong> él. Estas solemnes d<strong>en</strong>uncias se refier<strong>en</strong> a todos los que con su influ<strong>en</strong>cia hac<strong>en</strong> que otros<br />

consider<strong>en</strong> con m<strong>en</strong>osprecio <strong>la</strong> ley de Dios. Deb<strong>en</strong> hacer temb<strong>la</strong>r y temer a los que dec<strong>la</strong>ran con liviandad<br />

que poco im<strong>por</strong>ta que obedezcamos o no obedezcamos a <strong>la</strong> ley de Dios. Todos los que alteran el<br />

significado preciso de <strong>la</strong>s Sagradas Escrituras sobreponiéndoles sus opiniones particu<strong>la</strong>res, y los que<br />

tuerc<strong>en</strong> los preceptos de <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra divina ajustándolos a sus propias conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cias, o a <strong>la</strong>s del mundo, se<br />

arrogan terrible responsabilidad. La Pa<strong>la</strong>bra escrita, <strong>la</strong> ley de Dios, medirá el carácter de cada individuo y<br />

cond<strong>en</strong>ará a todo el que fuere hal<strong>la</strong>do falto <strong>por</strong> esta prueba infalible.<br />

“Y cuando hayan acabado [estén acabando] de dar su testimonio’. El período <strong>en</strong> que los dos<br />

testigos iban a testificar “vestidos de sacos” terminó <strong>en</strong> 1798. Cuando estuvies<strong>en</strong> <strong>por</strong> concluir su obra <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong> oscuridad, les haría <strong>la</strong> guerra el poder repres<strong>en</strong>tado <strong>por</strong> “<strong>la</strong> bestia que sube del abismo”. En muchas de<br />

<strong>la</strong>s naciones de Europa los poderes que gobernaban <strong>la</strong> iglesia y el estado habían permanecido bajo el<br />

dominio de Satanás <strong>por</strong> medio del papado. Mas aquí se deja ver una nueva manifestación del poder<br />

satánico. Con el pretexto de rever<strong>en</strong>ciar <strong>la</strong>s Escrituras, Roma <strong>la</strong>s había mant<strong>en</strong>ido aprisionadas <strong>en</strong> una<br />

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