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America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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A pesar de estas inspiradas dec<strong>la</strong>raciones, ¡cuántos cristianos de profesión están debilitando sus<br />

facultades <strong>en</strong> <strong>la</strong> búsqueda de ganancias o <strong>en</strong> el culto que tributan a <strong>la</strong> moda; cuántos están <strong>en</strong>vileci<strong>en</strong>do<br />

<strong>en</strong> su ser <strong>la</strong> imag<strong>en</strong> de Dios, con <strong>la</strong> glotonería, <strong>la</strong>s bebidas espirituosas, los p<strong>la</strong>ceres ilícitos! Y <strong>la</strong> iglesia,<br />

<strong>en</strong> lugar de reprimir el mal, demasiado a m<strong>en</strong>udo lo fom<strong>en</strong>ta, ape<strong>la</strong>ndo a los apetitos, al amor del lucro y<br />

de los p<strong>la</strong>ceres para ll<strong>en</strong>ar su tesoro, que el amor a Cristo es demasiado débil para colmar. Si Jesús <strong>en</strong>trase<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong>s iglesias de nuestros días, y viese los festejos y el tráfico impío que se práctica <strong>en</strong> nombre de <strong>la</strong><br />

religión, ¿no arrojaría acaso a esos profanadores, como arrojó del templo a los cambiadores de moneda?<br />

El apóstol Santiago dec<strong>la</strong>ra que <strong>la</strong> sabiduría que desci<strong>en</strong>de de arriba es “primeram<strong>en</strong>te pura”. Si<br />

se hubiese <strong>en</strong>contrado con aquellos que pronuncian el precioso nombre de Jesús con <strong>la</strong>bios manchados<br />

<strong>por</strong> el tabaco, con aquellos cuyo ali<strong>en</strong>to y persona están contaminados <strong>por</strong> sus fétidos olores, y que infestan<br />

el aire del cielo y obligan a todos los que les rodean a aspirar el v<strong>en</strong><strong>en</strong>o. Si el apóstol hubiese <strong>en</strong>trado <strong>en</strong><br />

contacto con un hábito tan opuesto a <strong>la</strong> pureza del evangelio, ¿no lo habría acaso estigmatizado como,<br />

“terr<strong>en</strong>o, animal, diabólico”? Los esc<strong>la</strong>vos del tabaco, pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do gozar de <strong>la</strong>s b<strong>en</strong>diciones de <strong>la</strong><br />

santificación completa, hab<strong>la</strong>n de su esperanza de ir a <strong>la</strong> gloria; pero <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios dec<strong>la</strong>ra<br />

positivam<strong>en</strong>te que “no <strong>en</strong>trará <strong>en</strong> el<strong>la</strong> ninguna cosa sucia”. Apocalipsis 21:27.<br />

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está <strong>en</strong> vosotros, el cual<br />

t<strong>en</strong>éis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois <strong>por</strong> precio: glorificad pues a Dios <strong>en</strong> vuestro<br />

cuerpo”. 1 Corintios 6:19, 20. Aquel cuyo cuerpo es el templo del Espíritu Santo no se dejará esc<strong>la</strong>vizar<br />

<strong>por</strong> ningún hábito pernicioso. Sus facultades pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a Cristo, que le compró con precio de sangre. Sus<br />

bi<strong>en</strong>es son del Señor. ¿Cómo podrá quedar sin culpa si di<strong>la</strong>pida el capital que se le confió? Hay cristianos<br />

de profesión que gastan al año ing<strong>en</strong>tes cantidades <strong>en</strong> goces inútiles y perniciosos, mi<strong>en</strong>tras muchas almas<br />

perec<strong>en</strong> <strong>por</strong> falta de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra de vida. Roban a Dios <strong>en</strong> los diezmos y ofr<strong>en</strong>das, mi<strong>en</strong>tras consum<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

aras de <strong>la</strong> pasión destructora más de lo que dan para socorrer a los pobres o para el sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to del<br />

evangelio. Si todos los que hac<strong>en</strong> profesión de seguir a Cristo estuvies<strong>en</strong> verdaderam<strong>en</strong>te santificados, <strong>en</strong><br />

lugar de gastar sus recursos <strong>en</strong> p<strong>la</strong>ceres inútiles y hasta perjudiciales, los invertirían <strong>en</strong> el tesoro del Señor,<br />

y los cristianos darían un ejemplo de temperancia, abnegación y sacrificio de sí mismos. Serían <strong>en</strong>tonces<br />

<strong>la</strong> luz del mundo.<br />

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