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America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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Port<strong>la</strong>nd, 26 de noviembre de 1833). Así fue dirigida <strong>la</strong> at<strong>en</strong>ción del pueblo hacia el cumplimi<strong>en</strong>to de<br />

<strong>la</strong> profecía, y muchos fueron inducidos a hacer caso del aviso del segundo adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to.<br />

En 1840 otro notable cumplimi<strong>en</strong>to de <strong>la</strong> profecía despertó interés g<strong>en</strong>eral. Dos años antes,<br />

Josías Litch, uno de los principales ministros que predicaban el segundo adv<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to, publicó una<br />

explicación del capítulo nov<strong>en</strong>o del Apocalipsis, que predecía <strong>la</strong> caída del imperio otomano. Según sus<br />

cálculos esa pot<strong>en</strong>cia sería derribada “<strong>en</strong> el año 1840 d. C., durante el mes de agosto”; y pocos días<br />

antes de su cumplimi<strong>en</strong>to escribió: “Admiti<strong>en</strong>do que el primer período de 150 años se haya cumplido<br />

exactam<strong>en</strong>te antes de que Deacozes subiera al trono con permiso de los turcos, y que los 391 años y<br />

quince días com<strong>en</strong>zaran al terminar el primer período, terminarán el 11 de agosto de I 840, día <strong>en</strong> que<br />

puede anticiparse que el poder otomano <strong>en</strong> Constantinop<strong>la</strong> será quebrantado. Y esto es lo que creo que<br />

va a confirmarse” (J. Litch, <strong>en</strong> Signs of the Times, and Expositor of Prophecy, 1 de agosto de 1840).<br />

En <strong>la</strong> fecha misma que había sido especificada, Turquía aceptó, <strong>por</strong> medio de sus embajadores,<br />

<strong>la</strong> protección de <strong>la</strong>s pot<strong>en</strong>cias aliadas de Europa, y se puso así bajo <strong>la</strong> tute<strong>la</strong> de <strong>la</strong>s naciones cristianas.<br />

El acontecimi<strong>en</strong>to cumplió exactam<strong>en</strong>te <strong>la</strong> predicción (véase el Apéndice). Cuando esto se llegó a<br />

saber, multitudes se conv<strong>en</strong>cieron de que los principios de interpretación profética adoptados <strong>por</strong> Miller<br />

y sus compañeros eran correctos, con lo que recibió un impulso maravilloso el movimi<strong>en</strong>to adv<strong>en</strong>tista.<br />

Hombres de saber y de posición social se adhirieron a Miller para divulgar sus ideas, y de 1840 a 1844<br />

<strong>la</strong> obra se ext<strong>en</strong>dió rápidam<strong>en</strong>te.<br />

Guillermo Miller poseía grandes dotes intelectuales, disciplinadas <strong>por</strong> <strong>la</strong> reflexión y el estudio;<br />

y a el<strong>la</strong>s añadió <strong>la</strong> sabiduría del cielo al ponerse <strong>en</strong> re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> Fu<strong>en</strong>te de <strong>la</strong> sabiduría. Era hombre<br />

de verdadero valer, que no podía m<strong>en</strong>os que imponer respeto y granjearse el aprecio dondequiera que<br />

supiera estimarse <strong>la</strong> integridad, el carácter y el valor moral. Uni<strong>en</strong>do verdadera bondad de corazón a <strong>la</strong><br />

humildad cristiana y al dominio de sí mismo, era at<strong>en</strong>to y afable para con todos, y siempre listo para<br />

escuchar <strong>la</strong>s opiniones de los demás y pesar sus argum<strong>en</strong>tos. Sin apasionami<strong>en</strong>to ni agitación,<br />

examinaba todas <strong>la</strong>s teorías y doctrinas a <strong>la</strong> luz de <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios; y su sano juicio y profundo<br />

conocimi<strong>en</strong>to de <strong>la</strong>s Santas Escrituras, le permitían descubrir y refutar el error.<br />

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