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America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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D<strong>en</strong>sas nubes cubr<strong>en</strong> aún el firmam<strong>en</strong>to; sin embargo el sol se abre paso de vez <strong>en</strong> cuando, como<br />

si fuese el ojo v<strong>en</strong>gador de Jehová. Fieros relámpagos rasgan el cielo con fragor, <strong>en</strong>volvi<strong>en</strong>do a <strong>la</strong> tierra<br />

<strong>en</strong> c<strong>la</strong>ridad de l<strong>la</strong>maradas. Por <strong>en</strong>cima del ruido aterrador de los tru<strong>en</strong>os, se oy<strong>en</strong> voces misteriosas y<br />

terribles que anuncian <strong>la</strong> cond<strong>en</strong>ación de los impíos. No todos <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras pronunciadas; pero<br />

los falsos maestros <strong>la</strong>s compr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> perfectam<strong>en</strong>te. Los que poco antes eran tan temerarios, jactanciosos<br />

y provocativos, y que tanto se regocijaban al <strong>en</strong>sañarse con el pueblo de Dios observador de sus<br />

mandami<strong>en</strong>tos, se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> presa de consternación y tiemb<strong>la</strong>n de terror. Sus l<strong>la</strong>ntos dominan el ruido de los<br />

elem<strong>en</strong>tos. Los demonios confiesan <strong>la</strong> divinidad de Cristo y tiemb<strong>la</strong>n ante su poder, mi<strong>en</strong>tras que los<br />

hombres c<strong>la</strong>man <strong>por</strong> misericordia y se revuelcan <strong>en</strong> terror abyecto.<br />

Al considerar el día de Dios <strong>en</strong> santa visión, los antiguos profetas exc<strong>la</strong>maron: “Aul<strong>la</strong>d, <strong>por</strong>que<br />

cerca está el día de Jehová; v<strong>en</strong>drá como aso<strong>la</strong>mi<strong>en</strong>to del Todopoderoso”. “Métete <strong>en</strong> <strong>la</strong> piedra, escóndete<br />

<strong>en</strong> el polvo, de <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia espantosa de Jehová y del resp<strong>la</strong>ndor de su majestad. La altivez de los ojos<br />

del hombre será abatida, y <strong>la</strong> soberbia de los hombres será humil<strong>la</strong>da; y Jehová solo será <strong>en</strong>salzado <strong>en</strong><br />

aquel día. Porque día de Jehová de los ejércitos v<strong>en</strong>drá sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo<br />

<strong>en</strong>salzado; y será abatido”. “Aquel día arrojará el hombre, a los topos y murcié<strong>la</strong>gos, sus ídolos de p<strong>la</strong>ta<br />

y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase; y se <strong>en</strong>trarán <strong>en</strong> <strong>la</strong>s h<strong>en</strong>diduras de <strong>la</strong>s rocas y <strong>en</strong> <strong>la</strong>s<br />

cavernas de <strong>la</strong>s peñas, <strong>por</strong> <strong>la</strong> pres<strong>en</strong>cia formidable de Jehová, y <strong>por</strong> el resp<strong>la</strong>ndor de su majestad, cuando<br />

se levantare para herir <strong>la</strong> tierra”. Isaías 13:6; 2:10-12; 2:20, 21.<br />

Por un desgarrón de <strong>la</strong>s nubes una estrel<strong>la</strong> arroja rayos de luz cuyo brillo queda cuadruplicado <strong>por</strong><br />

el contraste con <strong>la</strong> oscuridad. Significa esperanza y júbilo para los fieles, pero severidad para los<br />

transgresores de <strong>la</strong> ley de Dios. Los que todo lo sacrificaron <strong>por</strong> Cristo están <strong>en</strong>tonces seguros, como<br />

escondidos <strong>en</strong> los pliegues del pabellón de Dios. Fueron probados, y ante el mundo y los despreciadores<br />

de <strong>la</strong> verdad demostraron su fidelidad a Aquel que murió <strong>por</strong> ellos. Un cambio maravilloso se ha realizado<br />

<strong>en</strong> aquellos que conservaron su integridad ante <strong>la</strong> misma muerte. Han sido librados como <strong>por</strong> <strong>en</strong>salmo de<br />

<strong>la</strong> sombría y terrible tiranía de los hombres vueltos demonios. Sus semb<strong>la</strong>ntes, poco antes tan pálidos, tan<br />

ll<strong>en</strong>os de ansiedad y tan macil<strong>en</strong>tos, bril<strong>la</strong>n ahora de admiración, fe y amor. Sus voces se elevan <strong>en</strong> canto<br />

triunfal: “Dios es nuestro refugio y fortaleza; socorro muy bi<strong>en</strong> experim<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> <strong>la</strong>s angustias. Por tanto<br />

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