30.09.2016 Views

America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

observancia fuese una pesada carga. Aprovechándose luego de <strong>la</strong> falsa luz bajo <strong>la</strong> cual lo había hecho<br />

considerar, hízolo despreciar como institución judaica. Mi<strong>en</strong>tras que los cristianos seguían observando<br />

g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te el domingo como día de fiesta alegre, el diablo los indujo a hacer del sábado un día de<br />

ayuno, de tristeza y de abatimi<strong>en</strong>to para hacer pat<strong>en</strong>te su odio al judaísmo.<br />

A principios del siglo IV el emperador Constantino expidió un decreto que hacía del domingo un<br />

día de fiesta pública <strong>en</strong> todo el Imperio Romano (véase el Apéndice). El día del sol fue rever<strong>en</strong>ciado <strong>por</strong><br />

sus súbditos paganos y honrado <strong>por</strong> los cristianos; pues era política del emperador conciliar los intereses<br />

del paganismo y del cristianismo que se hal<strong>la</strong>ban <strong>en</strong> pugna. Los obispos de <strong>la</strong> iglesia, inspirados <strong>por</strong> su<br />

ambición y su sed de dominio, le hicieron obrar así, pues compr<strong>en</strong>dieron que si el mismo día era observado<br />

<strong>por</strong> cristianos y paganos, estos llegarían a aceptar nominalm<strong>en</strong>te el cristianismo y ello redundaría <strong>en</strong><br />

b<strong>en</strong>eficio del poder y de <strong>la</strong> gloria de <strong>la</strong> iglesia. Pero a pesar de que muchos cristianos piadosos fueron<br />

poco a poco inducidos a reconocer cierto carácter sagrado al domingo, no dejaron de considerar el<br />

verdadero sábado como el día santo del Señor ni de observarlo <strong>en</strong> cumplimi<strong>en</strong>to del cuarto mandami<strong>en</strong>to.<br />

Pero no paró aquí <strong>la</strong> obra del jefe <strong>en</strong>gañador. Había resuelto reunir al mundo cristiano bajo su<br />

bandera y ejercer su poder <strong>por</strong> medio de su vicario, el orgulloso pontífice, que aseveraba ser el<br />

repres<strong>en</strong>tante de Cristo. Realizó su propósito valiéndose de paganos semiconvertidos, de pre<strong>la</strong>dos<br />

ambiciosos y de eclesiásticos amigos del mundo. Convocábanse de vez <strong>en</strong> cuando grandes concilios, <strong>en</strong><br />

que se reunían los dignatarios de <strong>la</strong> iglesia de todas partes del mundo. Casi <strong>en</strong> cada concilio el día de<br />

reposo que Dios había instituido era deprimido un poco más <strong>en</strong> tanto que el domingo era exaltado <strong>en</strong> igual<br />

pro<strong>por</strong>ción. Así fue cómo <strong>la</strong> fiesta pagana llegó a ser honrada como institución divina, mi<strong>en</strong>tras que el<br />

sábado de <strong>la</strong> Biblia era dec<strong>la</strong>rado reliquia del judaísmo y se pronunciaba una maldición sobre sus<br />

observadores.<br />

El gran apóstata había logrado <strong>en</strong>salzarse a sí mismo “sobre todo lo que se l<strong>la</strong>ma Dios, o que es<br />

objeto de culto”. 2 Tesalonic<strong>en</strong>ses 2:4. Se había atrevido a alterar el único precepto de <strong>la</strong> ley divina que<br />

seña<strong>la</strong> de un modo infalible a toda <strong>la</strong> humanidad al Dios vivi<strong>en</strong>te y verdadero. En el cuarto mandami<strong>en</strong>to<br />

Dios es dado a conocer como el Creador de los cielos y de <strong>la</strong> tierra y distinto <strong>por</strong> lo tanto de todos los<br />

dioses falsos. Como monum<strong>en</strong>to conmemorativo de <strong>la</strong> obra de <strong>la</strong> creación fue santificado el día séptimo<br />

35

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!