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America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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tales le pued<strong>en</strong> olvidar; mas no me olvidaré yo de ti! He aquí que sobre <strong>la</strong>s palmas de mis manos te traigo<br />

esculpida”. Isaías 49:1416 (VM). El Señor de los ejércitos ha dicho: “Aquel que os toca a vosotros, le toca<br />

a él <strong>en</strong> <strong>la</strong> niña de su ojo”. Zacarías 2:8 (VM). Aunque los <strong>en</strong>emigos los arroj<strong>en</strong> a <strong>la</strong> cárcel, <strong>la</strong>s paredes de<br />

los ca<strong>la</strong>bozos no pued<strong>en</strong> interceptar <strong>la</strong> comunicación <strong>en</strong>tre sus almas y Cristo. Aquel que conoce todas<br />

sus debilidades, que ve todas sus pruebas, está <strong>por</strong> <strong>en</strong>cima de todos los poderes de <strong>la</strong> tierra; y acudirán<br />

ángeles a sus celdas solitarias, trayéndoles luz y paz del cielo. La prisión se volverá pa<strong>la</strong>cio, pues allí<br />

moran los que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mucha fe, y los lóbregos muros serán alumbrados con luz celestial como cuando<br />

Pablo y Si<strong>la</strong>s oraron y a<strong>la</strong>baron a Dios a medianoche <strong>en</strong> el ca<strong>la</strong>bozo de Filipos.<br />

Los juicios de Dios caerán sobre los que trat<strong>en</strong> de oprimir y aniqui<strong>la</strong>r a su pueblo. Su paci<strong>en</strong>cia<br />

para con los impíos da a estos a<strong>la</strong>s <strong>en</strong> sus transgresiones, pero su castigo no será m<strong>en</strong>os seguro ni terrible<br />

<strong>por</strong> mucho que haya tardado <strong>en</strong> v<strong>en</strong>ir. “Jehová se levantará como <strong>en</strong> el monte Perasim, y se indignará<br />

como <strong>en</strong> el valle de Gabaón; para hacer su obra, su obra extraña, y para ejecutar su acto, su acto extraño”.<br />

Isaías 28:21 (VM). Para nuestro Dios misericordioso <strong>la</strong> tarea de castigar resulta extraña. “Vivo yo, dice<br />

el Señor Jehová, que no quiero <strong>la</strong> muerte del impío”. Ezequiel 33:11. El Señor es “compasivo y clem<strong>en</strong>te,<br />

l<strong>en</strong>to <strong>en</strong> iras y grande <strong>en</strong> misericordia y <strong>en</strong> fidelidad, [...] que perdona <strong>la</strong> iniquidad, <strong>la</strong> transgresión y el<br />

pecado”.<br />

Sin embargo “visita <strong>la</strong> iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre los hijos de los hijos, hasta<br />

<strong>la</strong> tercera y hasta <strong>la</strong> cuarta g<strong>en</strong>eración”. “¡Jehová es l<strong>en</strong>to <strong>en</strong> iras y grande <strong>en</strong> poder, y de ningún modo<br />

t<strong>en</strong>drá <strong>por</strong> inoc<strong>en</strong>te al rebelde!” Éxodo 34:6, 7; Nahúm 1:3 (VM). Él vindicará con terribles<br />

manifestaciones <strong>la</strong> dignidad de su ley pisoteada. Puede juzgarse de cuán severa ha de ser <strong>la</strong> retribución<br />

que espera a los culpables <strong>por</strong> <strong>la</strong> repugnancia que ti<strong>en</strong>e el Señor para hacer justicia. La nación a <strong>la</strong> que<br />

so<strong>por</strong>ta desde hace tanto tiempo y a <strong>la</strong> que no destruirá hasta que no haya ll<strong>en</strong>ado <strong>la</strong> medida de sus<br />

iniquidades, según el cálculo de Dios, beberá finalm<strong>en</strong>te de <strong>la</strong> copa de su ira sin mezc<strong>la</strong> de misericordia.<br />

Cuando Cristo deje de interceder <strong>en</strong> el santuario, se derramará sin mezc<strong>la</strong> <strong>la</strong> ira de Dios de <strong>la</strong> que son<br />

am<strong>en</strong>azados los que adoran a <strong>la</strong> bestia y a su imag<strong>en</strong> y recib<strong>en</strong> su marca. Apocalipsis 14:9, 10. Las p<strong>la</strong>gas<br />

que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba <strong>por</strong> libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios<br />

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