30.09.2016 Views

America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Pero ¿cómo compr<strong>en</strong>dió Adán, después de su pecado, el s<strong>en</strong>tido de <strong>la</strong>s sigui<strong>en</strong>tes pa<strong>la</strong>bras: “En el<br />

día que comieres de él de seguro morirás”? ¿Compr<strong>en</strong>dió que significaban lo que Satanás le había inducido<br />

a creer, que iba a asc<strong>en</strong>der a un grado más alto de exist<strong>en</strong>cia? De haber sido así, habría salido ganando<br />

con <strong>la</strong> transgresión, y Satanás habría resultado <strong>en</strong> bi<strong>en</strong>hechor de <strong>la</strong> raza. Pero Adán comprobó que no era<br />

tal el s<strong>en</strong>tido de <strong>la</strong> dec<strong>la</strong>ración divina. Dios s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ció al hombre, <strong>en</strong> castigo <strong>por</strong> su pecado, a volver a <strong>la</strong><br />

tierra de donde había sido tomado: “Polvo eres, y al polvo volverás”. Vers. 19 (RV95). Las pa<strong>la</strong>bras de<br />

Satanás: “Vuestros ojos serán abiertos” resultaron ser verdad pero solo del modo sigui<strong>en</strong>te: después de<br />

que Adán y Eva hubieron desobedecido a Dios, sus ojos fueron abiertos y pudieron discernir su locura;<br />

conocieron <strong>en</strong>tonces lo que era el mal y probaron el amargo fruto de <strong>la</strong> transgresión.<br />

En medio del Edén crecía el árbol de <strong>la</strong> vida, cuyo fruto t<strong>en</strong>ía el poder de perpetuar <strong>la</strong> vida, Si<br />

Adán hubiese permanecido obedi<strong>en</strong>te a Dios, habría seguido gozando de libre acceso a aquel árbol y<br />

habría vivido eternam<strong>en</strong>te. Pero <strong>en</strong> cuanto hubo pecado, quedó privado de comer del árbol de <strong>la</strong> vida y<br />

sujeto a <strong>la</strong> muerte. La s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia divina: “Polvo eres, y al polvo volverás”, <strong>en</strong>traña <strong>la</strong> extinción completa<br />

de <strong>la</strong> vida.<br />

La inmortalidad prometida al hombre a condición de que obedeciera, se había perdido <strong>por</strong> <strong>la</strong><br />

transgresión. Adán no podía transmitir a su posteridad lo que ya no poseía; y no habría quedado esperanza<br />

para <strong>la</strong> raza caída, si Dios, <strong>por</strong> el sacrificio de su Hijo, no hubiese puesto <strong>la</strong> inmortalidad a su alcance.<br />

Como “<strong>la</strong> muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron”,Cristo “sacó a <strong>la</strong> luz <strong>la</strong> vida y <strong>la</strong><br />

inmortalidad <strong>por</strong> el evangelio”. Romanos 5:12; 2 Timoteo 1:10. Y solo <strong>por</strong> Cristo puede obt<strong>en</strong>erse <strong>la</strong><br />

inmortalidad. Jesús dijo:<br />

“El que cree <strong>en</strong> el Hijo, ti<strong>en</strong>e vida eterna, más el que es incrédulo al Hijo, no verá <strong>la</strong> vida”. Juan<br />

3:36. Todo hombre puede adquirir un bi<strong>en</strong> tan inestimable si consi<strong>en</strong>te <strong>en</strong> someterse a <strong>la</strong>s condiciones<br />

necesarias. Todos “los que perseverando <strong>en</strong> bi<strong>en</strong> hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad”, recibirán<br />

“<strong>la</strong> vida eterna”. Romanos 2:7.<br />

El único que prometió a Adán <strong>la</strong> vida <strong>en</strong> <strong>la</strong> desobedi<strong>en</strong>cia fue el gran seductor. Y <strong>la</strong> dec<strong>la</strong>ración<br />

de <strong>la</strong> serpi<strong>en</strong>te a Eva <strong>en</strong> Edén— “De seguro que no moriréis”—fue el primer sermón que haya sido jamás<br />

predicado sobre <strong>la</strong> inmortalidad del alma. Y sin embargo esta misma dec<strong>la</strong>ración, fundada únicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

459

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!