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America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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<strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de Cristo, el sol debía oscurecerse. Pues bi<strong>en</strong>, el 19 de mayo de 1780 se cumplió esta<br />

profecía.<br />

“Único o casi único <strong>en</strong> su especie, <strong>por</strong> lo misterioso del hasta ahora inexplicado f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o que<br />

<strong>en</strong> él se verificó, [...] fue el día oscuro del 19 de mayo de 1780, inexplicable oscurecimi<strong>en</strong>to de todo el<br />

cielo visible y atmósfera de Nueva Ing<strong>la</strong>terra”. R. M. Dev<strong>en</strong>s, Our First C<strong>en</strong>tury, 89. Un testigo ocu<strong>la</strong>r<br />

que vivía <strong>en</strong> Massachusetts describe el acontecimi<strong>en</strong>to del modo sigui<strong>en</strong>te: “Por <strong>la</strong> mañana salió el sol<br />

despejado, pero pronto se anubló. Las nubes fueron espesándose y del s<strong>en</strong>o de <strong>la</strong> oscuridad que<br />

ost<strong>en</strong>taban bril<strong>la</strong>ron relámpagos, se oyeron tru<strong>en</strong>os y cayó un leve aguacero. A eso de <strong>la</strong>s nueve, <strong>la</strong>s<br />

nubes se at<strong>en</strong>uaron y, revisti<strong>en</strong>do un tinte cobrizo, demudaron el aspecto del suelo, peñas y árboles al<br />

punto que no parecían ser de nuestra tierra. A los pocos minutos, un d<strong>en</strong>so nubarrón negro se ext<strong>en</strong>dió<br />

<strong>por</strong> todo el firmam<strong>en</strong>to dejando tan solo un estrecho borde <strong>en</strong> el horizonte, y haci<strong>en</strong>do tan oscuro el<br />

día como suele serlo <strong>en</strong> verano a <strong>la</strong>s nueve de <strong>la</strong> noche [...].<br />

“Temor, zozobra y terror se apoderaron gradualm<strong>en</strong>te de los ánimos. Desde <strong>la</strong>s puertas de sus<br />

casas, <strong>la</strong>s mujeres contemp<strong>la</strong>ban <strong>la</strong> lóbrega esc<strong>en</strong>a; los hombres volvían de <strong>la</strong>s fa<strong>en</strong>as del campo; el<br />

carpintero dejaba <strong>la</strong>s herrami<strong>en</strong>tas, el herrero <strong>la</strong> fragua, el comerciante el mostrador. Los niños fueron<br />

despedidos de <strong>la</strong>s escue<strong>la</strong>s y huyeron a sus casas ll<strong>en</strong>os de miedo. Los caminantes hacían alto <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

primera casa que <strong>en</strong>contraban. ¿Qué va a pasar? preguntaban todos. No parecía sino que un huracán<br />

fuera a desatarse <strong>por</strong> toda <strong>la</strong> región, o que el día del juicio estuviera inmin<strong>en</strong>te. “Hubo que pr<strong>en</strong>der<br />

ve<strong>la</strong>s, y <strong>la</strong> lumbre del hogar bril<strong>la</strong>ba como <strong>en</strong> noche de otoño sin luna [...]. Las aves se recogieron <strong>en</strong><br />

sus gallineros, el ganado se juntó <strong>en</strong> sus <strong>en</strong>cierros, <strong>la</strong>s ranas cantaron, los pájaros <strong>en</strong>tonaron sus<br />

melodías del anochecer, y los murcié<strong>la</strong>gos se pusieron a revolotear. Solo el hombre sabía que no había<br />

llegado <strong>la</strong> noche [...].<br />

“El Dr. N. Whittaker, pastor de <strong>la</strong> Iglesia del Tabernáculo, <strong>en</strong> Salem, dirigió cultos <strong>en</strong> <strong>la</strong> sa<strong>la</strong><br />

de reuniones, y predicó un sermón <strong>en</strong> el cual sostuvo que <strong>la</strong> oscuridad era sobr<strong>en</strong>atural. Otras<br />

congregaciones también se reunieron <strong>en</strong> otros puntos. En todos los casos, los textos de los sermones<br />

improvisados fueron los que parecían indicar que <strong>la</strong> oscuridad concordaba con <strong>la</strong> profecía bíblica [...].<br />

La oscuridad alcanzó su mayor d<strong>en</strong>sidad poco después de <strong>la</strong>s once” (The Essex Antiquarian, abril de<br />

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