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America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

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nuestra era, se principió a predicar el evangelio a los g<strong>en</strong>tiles. Desde que com<strong>en</strong>zó el período, <strong>en</strong> 457<br />

a. C., hasta el Mesías Príncipe, iba a haber 69 semanas (483 años). Precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />

predicho, <strong>en</strong> el otoño del 27 d. C., Jesús fue bautizado <strong>en</strong> el Jordán <strong>por</strong> Juan el Bautista. Fue también<br />

ungido <strong>por</strong> el Espíritu Santo, e inició su ministerio público. “A <strong>la</strong> mitad de <strong>la</strong> semana” (3 años y medio<br />

más tarde) el Mesías fue cortado. El período completo de los 2.300 días se ext<strong>en</strong>día de 457 a. C. hasta<br />

1844 de nuestra era, cuando se inició <strong>en</strong> el cielo el juicio investigador. El apóstol Pedro testifica que<br />

“a Jesús de Nazaret: [...] Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder”. Hechos 10:38 (VM). Y el<br />

mismo Salvador dec<strong>la</strong>ra: “El Espíritu del Señor está sobre mí; <strong>por</strong> cuanto me ha ungido para anunciar<br />

bu<strong>en</strong>as nuevas a los pobres”. Después de su bautismo, Jesús volvió a Galilea, “predicando el evangelio<br />

de Dios, y dici<strong>en</strong>do: Se ha cumplido el tiempo”. Lucas 4:18; Marcos 1:14, 15 (VM).<br />

LA PROFECIA DE 2.300 DIAS<br />

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