30.09.2016 Views

America en la Profecia por Elena White

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

Los orígenes peculiares de Estados Unidos y su hegemonía en los asuntos mundiales se quedan indiscutibles. Como superpotencia nacida de Europa, la historia se ha resplandecido por todas partes. Pronosticada desde la antigüedad, una miríada de las represiones, las revoluciones y las reformas le inspiró al primer grupo de peregrinos a establecerse en una nueva tierra prometida de la libertad. Este libro permite al lector a comprender el destino único de América y el papel dominante, mientras asediada por maquinaciones políticas y espirituales. Claramente, esta lectura revelará las manipulaciones, los movimientos y las intervenciones que han moldeado a América, presagiando su cooperación para socavar los mismos valores, más queridos anteriormente. Al mismo tiempo, disemina rayos de esperanza y confianza a medida que se estalla un giro de acontecimientos.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Deberíamos ejercitar <strong>en</strong> el estudio de <strong>la</strong>s Santas Escrituras todas <strong>la</strong>s fuerzas del <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to y<br />

procurar compr<strong>en</strong>der, hasta donde es posible a los mortales, <strong>la</strong>s profundas <strong>en</strong>señanzas de Dios; pero no<br />

debemos olvidar que <strong>la</strong> disposición del estudiante debe ser dócil y sumisa como <strong>la</strong> de un niño. Las<br />

dificultades bíblicas no pued<strong>en</strong> ser resueltas <strong>por</strong> los mismos métodos que se emplean cuando se trata de<br />

problemas filosóficos. No deberíamos ponernos a estudiar <strong>la</strong> Biblia con esa confianza <strong>en</strong> nosotros mismos<br />

con <strong>la</strong> cual tantos abordan los dominios de <strong>la</strong> ci<strong>en</strong>cia, sino <strong>en</strong> el espíritu de oración y dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia filial<br />

hacia Dios y con un deseo sincero de conocer su voluntad. Debemos acercarnos con espíritu humilde y<br />

dócil para obt<strong>en</strong>er conocimi<strong>en</strong>to del gran YO SOY. De lo contrario v<strong>en</strong>drán ángeles malos a oscurecer<br />

nuestras m<strong>en</strong>tes y a <strong>en</strong>durecer nuestros corazones al punto que <strong>la</strong> verdad ya no nos impresionará.<br />

Más de una <strong>por</strong>ción de <strong>la</strong>s Sagradas Escrituras que los eruditos dec<strong>la</strong>ran ser un misterio o que<br />

estiman de poca im<strong>por</strong>tancia, está ll<strong>en</strong>a de consuelo e instrucción para el que estudió <strong>en</strong> <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> de<br />

Cristo. Si muchos teólogos no compr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> mejor <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios, es <strong>por</strong> <strong>la</strong> s<strong>en</strong>cil<strong>la</strong> razón de que cierran<br />

los ojos con respecto a unas verdades que no desean poner <strong>en</strong> práctica. La compr<strong>en</strong>sión de <strong>la</strong>s verdades<br />

bíblicas no dep<strong>en</strong>de tanto de <strong>la</strong> pot<strong>en</strong>cia intelectual aplicada a <strong>la</strong> investigación como de <strong>la</strong> sinceridad de<br />

propósitos y del ardi<strong>en</strong>te anhelo de justicia que animan al estudiante.<br />

Nunca se debería estudiar <strong>la</strong> Biblia sin oración. Solo el Espíritu Santo puede hacernos s<strong>en</strong>tir <strong>la</strong><br />

im<strong>por</strong>tancia de lo que es fácil compr<strong>en</strong>der, o impedir que nos apartemos del s<strong>en</strong>tido de <strong>la</strong>s verdades de<br />

difícil compr<strong>en</strong>sión. Hay santos ángeles que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>la</strong> misión de influir <strong>en</strong> los corazones para que<br />

compr<strong>en</strong>dan <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios, de suerte que <strong>la</strong> belleza de esta nos embelese, sus advert<strong>en</strong>cias nos<br />

amonest<strong>en</strong> y sus promesas nos anim<strong>en</strong> y vigoric<strong>en</strong>. Deberíamos hacer nuestra <strong>la</strong> petición del salmista:<br />

“¡Abre mis ojos, para que yo vea <strong>la</strong>s maravil<strong>la</strong>s de tu ley!” Salmos 119:18 (VM). Muchas veces <strong>la</strong>s<br />

t<strong>en</strong>taciones parec<strong>en</strong> irresistibles, y es <strong>por</strong>que se ha descuidado <strong>la</strong> oración y el estudio de <strong>la</strong> Biblia, y <strong>por</strong><br />

<strong>en</strong>de no se pued<strong>en</strong> recordar luego <strong>la</strong>s promesas de Dios ni oponerse a Satanás con <strong>la</strong>s armas de <strong>la</strong>s Santas<br />

Escrituras. Pero los ángeles rodean a los que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> deseos de apr<strong>en</strong>der cosas divinas, y <strong>en</strong> situaciones<br />

graves traerán a su memoria <strong>la</strong>s verdades que necesitan. “Porque v<strong>en</strong>drá el <strong>en</strong>emigo como río, mas el<br />

Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”. Isaías 59:19.<br />

515

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!