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¿Quién cuida en la ciudad?: aportes para políticas urbanas de igualdad

Ante los actuales desafíos que enfrenta América Latina, los instrumentos acordados en el marco de las Naciones Unidas ofrecen una base importante para la implementación de políticas públicas innovadoras. En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se reconocen la igualdad de género y la autonomía de las mujeres como factores fundamentales para avanzar hacia el desarrollo sostenible. De conformidad con la Nueva Agenda Urbana, se debe garantizar a las mujeres la igualdad de derechos en todas las dimensiones que afectan a las ciudades. Con este libro se procura indagar sobre quiénes cuidan en la ciudad y cómo esta puede planificarse y gestionarse para responder a las necesidades de las mujeres, a quienes tradicionalmente se han asignado las tareas de cuidado, de manera que puedan ejercer sus derechos y ampliar su autonomía económica. El objetivo, a partir de estudios sobre distintas ciudades latinoamericanas, es ampliar el debate y hacer aportes que contribuyan a que mujeres y hombres usen y disfruten del espacio y del tiempo en la ciudad en condiciones de igualdad. En el libro se plantea avanzar hacia una ciudad cuidadora, que propicie que las mujeres superen las barreras de inclusión que las afectan y se apropien del derecho a la ciudad.

Ante los actuales desafíos que enfrenta América Latina, los instrumentos acordados en el marco de las Naciones Unidas ofrecen una base importante para la implementación de políticas públicas innovadoras. En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se reconocen la igualdad de género y la autonomía de las mujeres como factores fundamentales para avanzar hacia el desarrollo sostenible. De conformidad con la Nueva Agenda Urbana, se debe garantizar a las mujeres la igualdad de derechos en todas las dimensiones que afectan a las ciudades. Con este libro se procura indagar sobre quiénes cuidan en la ciudad y cómo esta puede planificarse y gestionarse para responder a las necesidades de las mujeres, a quienes tradicionalmente se han asignado las tareas de cuidado, de manera que puedan ejercer sus derechos y ampliar su autonomía económica. El objetivo, a partir de estudios sobre distintas ciudades latinoamericanas, es ampliar el debate y hacer aportes que contribuyan a que mujeres y hombres usen y disfruten del espacio y del tiempo en la ciudad en condiciones de igualdad. En el libro se plantea avanzar hacia una ciudad cuidadora, que propicie que las mujeres superen las barreras de inclusión que las afectan y se apropien del derecho a la ciudad.

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54 Comisión Económica <strong>para</strong> América Latina y el Caribe (CEPAL)<br />

4. Uso <strong>de</strong>l tiempo y <strong>cuida</strong>dos<br />

Para id<strong>en</strong>tificar <strong>la</strong>s brechas <strong>de</strong> género, es fundam<strong>en</strong>tal incorporar al análisis<br />

los factores vincu<strong>la</strong>dos a los ingresos y a <strong>la</strong> situación <strong>de</strong> empleo, al igual que<br />

aquellos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con el uso, distribución y asignación <strong>de</strong>l tiempo<br />

<strong>de</strong> hombres y mujeres y el peso <strong>de</strong>l trabajo no remunerado <strong>en</strong> los hogares.<br />

El motivo es que, “sin importar el porc<strong>en</strong>taje <strong>de</strong> los ingresos que aport<strong>en</strong> a<br />

sus hogares, <strong>la</strong>s mujeres realizan un mínimo <strong>de</strong>l 60% <strong>de</strong> <strong>la</strong> carga total <strong>de</strong><br />

trabajo no remunerado <strong>de</strong> <strong>la</strong> pareja” (CEPAL, 2016b, pág. 131).<br />

En diversos estudios sobre <strong>la</strong> com<strong>para</strong>ción <strong>de</strong>l tiempo que mujeres y<br />

hombres <strong>de</strong>stinan al <strong>cuida</strong>do ha quedado <strong>de</strong>mostrado que <strong>la</strong>s mujeres sigu<strong>en</strong><br />

si<strong>en</strong>do <strong>la</strong>s principales responsables <strong>de</strong> estas tareas. En un contexto <strong>de</strong> sistemas<br />

<strong>de</strong> <strong>cuida</strong>do altam<strong>en</strong>te privatizados, que excluy<strong>en</strong> <strong>de</strong>l acceso a bu<strong>en</strong>a parte<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción urbana, el aum<strong>en</strong>to <strong>de</strong> personas <strong>de</strong>p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes pondrá cada<br />

vez más presión sobre el uso <strong>de</strong>l tiempo por parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres y pue<strong>de</strong><br />

constituirse <strong>en</strong> una barrera <strong>para</strong> su <strong>en</strong>trada al mundo <strong>de</strong>l empleo remunerado.<br />

La car<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> capacidad autónoma <strong>de</strong> los hogares <strong>para</strong> resolver <strong>la</strong>s<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>cuida</strong>dos y <strong>la</strong> <strong>de</strong>uda que ti<strong>en</strong>e <strong>la</strong> región con <strong>la</strong>s mujeres<br />

que sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>la</strong> economía <strong>de</strong>l <strong>cuida</strong>do pued<strong>en</strong> visibilizarse mediante<br />

<strong>la</strong> información sobre el uso <strong>de</strong>l tiempo. Así lo seña<strong>la</strong>n los análisis <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

<strong>en</strong>cuestas <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>l tiempo <strong>en</strong> países <strong>de</strong> <strong>la</strong> región, que dan cu<strong>en</strong>ta <strong>de</strong> un<br />

patrón <strong>de</strong> <strong>cuida</strong>dos provistos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s familias, que se manti<strong>en</strong>e gracias el<br />

trabajo no remunerado <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres y que no es sost<strong>en</strong>ible ante los cambios<br />

<strong>de</strong>mográficos. A nivel <strong>de</strong> <strong>la</strong> región, <strong>la</strong>s mujeres <strong>de</strong>dican <strong>en</strong>tre un quinto y<br />

un tercio <strong>de</strong> su tiempo diario o semanal al trabajo doméstico y <strong>de</strong> <strong>cuida</strong>dos<br />

no remunerado, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> el caso <strong>de</strong> los hombres, este porc<strong>en</strong>taje se<br />

sitúa <strong>en</strong> torno al 10%. No obstante, <strong>la</strong>s <strong>en</strong>cuestas <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>l tiempo aún no<br />

son com<strong>para</strong>bles <strong>en</strong>tre sí, dadas sus difer<strong>en</strong>cias metodológicas; incluso <strong>la</strong><br />

m<strong>en</strong>or proporción <strong>de</strong> tiempo <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rada por <strong>la</strong>s mujeres (un 14% <strong>en</strong> el Brasil)<br />

es superior a <strong>la</strong> mayor proporción registrada por los hombres (un 12,6% <strong>en</strong><br />

el Estado Plurinacional <strong>de</strong> Bolivia) (CEPAL, 2017c).<br />

Al indagar <strong>en</strong> datos y análisis sobre el trabajo no remunerado y<br />

<strong>la</strong> división sexual <strong>de</strong>l trabajo <strong>en</strong> algunas <strong>ciudad</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> región, se pue<strong>de</strong><br />

constatar que <strong>en</strong> Ciudad <strong>de</strong> México, por ejemplo, <strong>la</strong>s mujeres realizan, <strong>en</strong><br />

promedio, 43,8 horas a <strong>la</strong> semana <strong>de</strong> trabajo no remunerado y los hombres<br />

solo registran 17,9 horas. En Montevi<strong>de</strong>o, <strong>la</strong>s mujeres <strong>de</strong>stinan casi dos<br />

tercios <strong>de</strong> su tiempo al trabajo no remunerado (34,5 horas semanales) y<br />

algo más <strong>de</strong> un tercio al trabajo remunerado, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> el caso <strong>de</strong><br />

los hombres ocurre a <strong>la</strong> inversa: <strong>de</strong>stinan dos tercios al trabajo remunerado<br />

y m<strong>en</strong>os <strong>de</strong> un tercio al trabajo no remunerado. En el Gran Santiago, el<br />

77,2% <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres <strong>de</strong>stina 3,9 horas diarias a realizar trabajo doméstico no<br />

remunerado <strong>de</strong> lunes a viernes, mi<strong>en</strong>tras que el 37,7% <strong>de</strong> los hombres <strong>de</strong>stina

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