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HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

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En esa forma, en medio de un castigo se manifestó la misericordia de Dios, se<br />

probó a las personas, y se mostró cuántos habían sido llevados a temer a Dios<br />

mediante la manifestación de su poder.<br />

La tormenta llegó según lo predicho: truenos, granizo y fuego mezclados, "tan<br />

grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada. Y<br />

aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así<br />

hombres <strong>com</strong>o bestias; asimismo hirió el granizo toda la hierba del campo, y<br />

desgajó todos los árboles del país." La ruina y la desolación marcaron la senda del<br />

ángel destructor. Sólo se salvó la región de Gosén. Se demostró a los egipcios<br />

que la tierra está bajo el dominio del Dios viviente, que los elementos responden a<br />

su voz, y que la única seguridad consiste en obedecerle.<br />

Todo Egipto tembló ante el tremendo juicio divino. Faraón llamó aprisa a los dos<br />

hermanos y dijo: "He pecado esta vez. Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos.<br />

¡Orad a Jehová: y cesen los truenos de Dios y el granizo; y yo os dejaré ir, y no os<br />

detendréis más." Moisés contestó: "En saliendo yo de la ciudad extenderé mis<br />

manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas<br />

que de Jehová es la tierra. Mas yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la<br />

presencia del Dios Jehová."<br />

Moisés sabía que la lucha aun no había terminado. Las confesiones de Faraón así<br />

<strong>com</strong>o sus promesas no eran efecto de un cambio radical en su mente o en su<br />

corazón, sino que eran arrancadas por el terror y la angustia. No obstante, Moisés<br />

prometió responder a su súplica, pues no deseaba darle oportunidad de continuar<br />

en su terquedad. El profeta, sin hacer caso de la furia de la tempestad, salió y<br />

Faraón y toda su hueste fueron testigos del poder de Jehová para preservar a su<br />

mensajero. Habiendo salido fuera de la ciudad, Moisés "extendió sus manos a<br />

Jehová, y cesaron los truenos 276 y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la<br />

tierra." Pero tan pronto <strong>com</strong>o el rey se hubo tranquilizado de sus temores, su<br />

corazón volvió a su perversidad.<br />

Entonces el Señor dijo a Moisés: "Entra a Faraón; porque yo he agravado su<br />

corazón, y el corazón de sus siervos, para dar entre ellos estas mis señales; y<br />

para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis<br />

señales que di entre ellos, y para que sepáis que yo soy Jehová."<br />

El Señor estaba manifestando su poder, para afirmar la fe de Israel en él <strong>com</strong>o<br />

único Dios verdadero y viviente. Daría inequívocas pruebas de la diferencia que<br />

hacía entre ellos y los egipcios, y haría que todas las naciones supiesen que los<br />

hebreos, a quienes ellos habían despreciado y oprimido, estaban bajo la<br />

protección del Cielo.<br />

Moisés advirtió al monarca que si se empeñaba en su obstinación, se enviaría una<br />

plaga de langostas, que cubrirían la faz de la tierra, y <strong>com</strong>ería todo lo verde que<br />

aun quedaba; llenarían las casas, y aun el palacio mismo; tal plaga sería, dijo,<br />

"cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra<br />

hasta hoy."<br />

Los consejeros de Faraón quedaron horrorizados. La nación había sufrido una<br />

gran pérdida con la muerte de su ganado. Mucha gente había sido muerta por el<br />

granizo. Los bosques estaban desgajados, y las cosechas destruidas.<br />

Rápidamente perdían todo lo que habían ganado con el trabajo de los hebreos.<br />

Toda la tierra estaba amenazada por el hambre. Los príncipes y los cortesanos se

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