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HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

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caer sobre aquella a causa de su parentesco con David. Ya sabían sus miembros,<br />

<strong>com</strong>o lo sabía la generalidad de Israel, que Dios había escogido a David <strong>com</strong>o<br />

futuro soberano de su pueblo; y creían que con él, aunque estuviese <strong>com</strong>o fugitivo<br />

en una cueva solitaria, estarían más seguros que si se quedaban a merced de la<br />

locura de una rey celoso.<br />

En la cueva de Adullam, la familia se hallaba unida por la simpatía y el afecto. El<br />

hijo de Isaí podía producir melodías con la voz y con su arpa mientras cantaba:<br />

"!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos igualmente en uno!"<br />

(Sal 133: 1.) Había probado las amarguras de la desconfianza de sus propios<br />

hermanos; y la armonía que había reemplazado la discordia llenaba de regocijo el<br />

corazón del desterrado. Allí fue donde David <strong>com</strong>puso el salmo 57.<br />

Antes de que transcurriera mucho tiempo se unieron a la 714 <strong>com</strong>pañía de David<br />

otros hombres que trataban de escapar a las exigencias del rey. Muchos eran los<br />

que habían perdido la confianza en el soberano de Israel, pues podían ver que ya<br />

no los guiaba le Espíritu del Señor. "Y juntáronse con él todos los afligidos, y todo<br />

el que estaba adeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y<br />

fue hecho capitán de ellos: y tuvo consigo <strong>com</strong>o cuatrocientos hombres." Así tuvo<br />

David un pequeño reino propio, y en el imperaba la disciplina y el orden.<br />

Pero aun en su retiro de las montañas, distaba mucho de sentirse seguro; pues de<br />

continuo tenía evidencias de que el rey no había renunciado a sus propósitos<br />

homicidas. Cerca del rey de Moab halló refugio para sus padres; y luego al recibir<br />

una advertencia de peligro, huyó de su escondite hacia el bosque de Hareth.<br />

Lo que experimentaba David no era necesario ni estéril. Dios le sometía a un<br />

proceso de disciplina a fin de prepararle tanto para el cargo de sabio general <strong>com</strong>o<br />

para el de rey justo y misericordioso. Con su banda de fugitivos, David obtenía una<br />

excelente para asumir una obra de la cual Saúl se hacía totalmente indigno por su<br />

furia asesina y por su ciega indiscreción. No pueden los hombres alejarse del<br />

consejo de Dios, y retener la calma ni la sabidurías necesarias para obrar con<br />

justicia y discreción. No hay locura tan temible ni tan desesperada y fútil, <strong>com</strong>o la<br />

que consiste en seguir el juicio humano, sin dirección de la sabiduría de Dios.<br />

Saúl había hechos preparativos para atrapar y capturar a David en la cueva de<br />

Adullam, y cuando descubrió que David había dejado ese refugio el rey se<br />

enfureció mucho. La huida de David era un misterio para Saúl. Sólo podía<br />

explicársela por la sospecha de que había en su campamento traidores que<br />

habían puesto al hijo de Isaí al tanto de su proximidad y sus propósitos.<br />

Afirmó David a sus consejeros que se había tramado una conspiración contra él, y<br />

ofreciéndoles ricos presentes y puestos 715 de honor, los sobornó para que le<br />

revelasen quienes entre su pueblo tratado amistosamente a David. Doeg, el<br />

idumeo, se hizo el delator. Movido por la ambición y la avaricia y por el odio al<br />

sacerdote, que había reprobado sus pecados, Doeg dio parte de la visita de David<br />

a Ahimelech, presentando el asunto en forma tal que se encendiera la ira de Saúl<br />

contra el hombre de Dios. La palabra de aquella lengua perversa, encendida por el<br />

mismo infierno, despertó las peores pasiones del corazón de Saúl. Loco de ira,<br />

declaró que debía perecer toda la familia del sacerdote. Y el terrible decreto fue<br />

ejecutado. No sólo se mató Ahimelech, sino también a los mismos miembros de la<br />

casa de su padre -"ochenta y cinco varones que vestían ephod de lino,"- les dio<br />

muerte, por orden del rey, la mano homicida de Doeg.

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