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HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

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nos diera a <strong>com</strong>er carne! Nos acordamos del pescado que <strong>com</strong>íamos en Egipto de<br />

balde, de los cohombros, y de los melones, y de los puerros, y de las cebollas, y<br />

de los ajos: y ahora nuestra alma se seca; que nada sino maná ven nuestros<br />

ojos." Así manifestaron 398 su descontento con los alimentos que su Creador les<br />

proporcionaba. No obstante, tenían pruebas constantes de que ese alimento se<br />

adaptaba a sus necesidades; pues a pesar de las tribulaciones que soportaban, no<br />

había una sola persona débil en todas las tribus.<br />

El corazón de Moisés desfalleció. Había suplicado que Israel no fuese destruido,<br />

aun cuando esa destrucción habría permitido que su propia posteridad se<br />

convirtiese en una gran nación. En su amor por los hijos de Israel, había pedido<br />

que su propio nombre fuese borrado del libro de la vida antes de que se los dejara<br />

perecer. Lo había arriesgado todo por ellos, y ésta era su respuesta. Le<br />

achacaban todas las tribulaciones que pasaban, aun los sufrimientos imaginarios,<br />

y sus murmuraciones inicuas hacían doblemente pesada la carga de cuidado y<br />

responsabilidad bajo la cual vacilaba. En su angustia llegó hasta sentirse tentado a<br />

desconfiar de Dios. Su oración fue casi una queja: "¿Por qué has hecho mal a tu<br />

siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de<br />

todo este pueblo sobre mi? ... ¿De dónde tengo yo carne para dar a todo este<br />

pueblo? porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que <strong>com</strong>amos. No puedo yo<br />

solo soportar a todo este pueblo que me es pesado en demasía."<br />

El Señor oyó su oración, y le ordenó convocar a setenta hombres de entre los<br />

ancianos de Israel, hombres no sólo entrados en años, sino que poseyeran<br />

dignidad, sano juicio y experiencia. "Y tráelos -dijo- a la puerta del tabernáculo del<br />

testimonio, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo; y tomaré<br />

del espíritu que está en ti, y pondré en ellos y llevarán contigo la carga del pueblo,<br />

y no la llevarás tú solo.<br />

El Señor permitió a Moisés que él mismo escociera lo hombres más fieles y<br />

eficientes para que <strong>com</strong>partieran la responsabilidad con él. La influencia de ellos<br />

serviría para refrenar la violencia del pueblo y reprimir la insurrección; no obstante,<br />

graves males resultarían eventualmente del ascenso de ellos. Nunca habrían sido<br />

escogidos si Moisés hubiera manifestado 399 una fe correspondiente a las<br />

pruebas que había presenciado del poder y de la bondad de Dios. Pero había<br />

exagerado sus propios servicios y cargas, y casi había perdido de vista el hecho<br />

de que no era sino el instrumento por medio del cual Dios había obrado. No tenía<br />

excusa por haber participado, aun en mínimo grado, del espíritu de murmuración<br />

que era la maldición de Israel. Si hubiera confiado por <strong>com</strong>pleto en Dios, el Señor<br />

le habría guiado continuamente, y le habría dado fortaleza para toda emergencia.<br />

A Moisés se le dieron instrucciones para que preparara al pueblo para lo que Dios<br />

iba a hacer en su favor. "Santificaos para mañana, y <strong>com</strong>eréis carne: pues que<br />

habéis llorado en oídos de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a <strong>com</strong>er carne!<br />

¡cierto mejor nos iba en Egipto! Jehová, pues, os dará carne, y <strong>com</strong>eréis. No<br />

<strong>com</strong>eréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días; sino hasta<br />

un mes de tiempo, hasta que os salga por las narices, y os sea en aborrecimiento:<br />

por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis<br />

delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto?"<br />

"Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy--dijo Moisés;--y<br />

tú dices: Les daré carne, y <strong>com</strong>erán el tiempo de un mes. ¿Se han de degollar

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