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HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

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leyes que prohibían a los egipcios relacionarse con pastores extranjeros en actos<br />

familiares, tales <strong>com</strong>o <strong>com</strong>er o beber juntos. La despedida que Faraón dio a<br />

Abrahán fue amable y generosa; pero le pidió que saliera de Egipto, pues no se<br />

atrevía a permitirle permanecer en el país. Sin saberlo, el rey había estado a punto<br />

de hacerle un gran daño; pero Dios se había interpuesto, y había salvado al<br />

monarca de <strong>com</strong>eter tan gran pecado. Faraón vio en este extranjero a un hombre<br />

honrado por el Dios del cielo, y temió tener en su reino a una persona que tan<br />

evidentemente gozaba del favor divino. Si Abrahán se quedaba en Egipto, su<br />

creciente riqueza y honor podrían despertar la envidia y la codicia de los egipcios,<br />

quienes podrían causarle algún daño, por el cual el monarca sería considerado<br />

responsable, y que podría atraer nuevamente plagas sobre la familia real.<br />

La amonestación dada a Faraón resultó ser una protección para Abrahán en sus<br />

relaciones futuras con los pueblos paganos; pues el asunto no pudo conservarse<br />

en secreto. Era evidente que el Dios a quien Abrahán adoraba protegía a su<br />

siervo, y que cualquier daño que se le hiciese sería vengado. Es asunto peligroso<br />

dañar a uno de los hijos del Rey del cielo. El salmista se refiere a este capítulo de<br />

la experiencia de Abrahán cuando dice, al hablar del pueblo escogido, que Dios<br />

"por causa de ellos castigó los reyes. No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal<br />

a mis profetas." (Sal. 105:14, 15.)<br />

Hay una interesante semejanza entre la experiencia de Abrahán en Egipto y la de<br />

sus descendientes siglos después. En ambos casos, fueron a Egipto a causa del<br />

hambre y moraron allí y, a causa de los juicios divinos en su favor, los egipcios los<br />

temieron, y los descendientes de Abrahán salieron al fin enriquecidos por los<br />

obsequios de los paganos. 125<br />

CAPÍTULO 12. Abrahán en Canaán<br />

ABRAHÁN Volvió a Canaán "riquísimo en ganado, en plata y oro." Lot aún estaba<br />

con él, y de nuevo llegaron a Betel, y establecieron su campamento junto al altar<br />

que habían erigido anteriormente. Pronto <strong>com</strong>prendieron que las riquezas<br />

acrecentadas aumentaban las dificultades. En medio de las penurias y las pruebas<br />

habían vivido juntos en perfecta armonía, pero en su prosperidad había peligro de<br />

discordias entre ellos. Los pastos no eran suficientes para el ganado de ambos; y<br />

las frecuentes disputas entre los pastores fueron traídas ante sus amos para que<br />

las resolviesen. Era evidente que debían separarse : Abrahán era mayor que Lot,<br />

y superior a él en parentesco, riqueza y posición; no obstante, él fue el primero en<br />

sugerir planes para mantener la paz. A pesar de que Dios mismo le había dado<br />

toda esa tierra, muy cortésmente renunció a su derecho.<br />

"No haya ahora altercado -dijo Abrahán- entre mi y ti, entre mis pastores y los<br />

tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego<br />

que te apartes de mi. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha: y si tú a la<br />

derecha, yo iré a la izquierda." (Gén. 13:1-9.)<br />

Este caso puso de manifiesto el noble y desinteresado espíritu de Abrahán.<br />

¡Cuántos, en circunstancias semejantes, habrían procurado a toda costa sus<br />

preferencias y derechos personales! ¡Cuántas familias se han desintegrado por<br />

esa razón! ¡Cuántas iglesias se han dividido, dando lugar a que la causa de la<br />

verdad sea objeto de las burlas y el menosprecio de los impíos! "No haya ahora<br />

altercado entre mí y ti," dijo Abrahán, "porque somos hermanos." No sólo lo eran<br />

por parentesco natural sino también <strong>com</strong>o adoradores del verdadero 126 Dios. Los

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