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HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

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obscuros, se aclaraban para él con luz meridiana, se allanaban las dificultades, se<br />

armonizaban las perplejidades, y cada nuevo rayo de luz le arrancaba nuevos<br />

arrobamientos e himnos más dulces de devoción, para gloria de Dios y del<br />

Redentor. El amor que le inspiraba, los dolores que le oprimían, los triunfos que le<br />

a<strong>com</strong>pañaban, eran temas para su pensamiento activo; y cuando contemplaba el<br />

amor de Dios en todas las providencias de su vida, el corazón le latía con<br />

adoración y gratitud más fervientes, su voz resonaba en una melodía más rica y<br />

más dulce; su arpa era arrebatada con un gozo más exaltado; y el pastorcillo<br />

procedía de fuerza en fuerza, de sabiduría en sabiduría; pues el Espíritu del Señor<br />

le a<strong>com</strong>pañaba. 696<br />

CAPÍTULO 63. David y Goliat<br />

CUANDO el rey Saúl se dio cuenta de que había sido rechazado por Dios, y<br />

cuando sintió la fuerza de las palabras condenatorias que le había dirigido el<br />

profeta, se llenó de amarga rebelión y desesperación. No había sido un verdadero<br />

arrepentimiento el que había hecho bajar la cabeza orgullosa del rey. No tenía una<br />

concepción clara del carácter ofensivo de su pecado, y no se puso a reformar su<br />

vida, sino a cavilar, obsesionado por lo que consideraba una injusticia de Dios al<br />

privarle del trono de Israel y quitar a su posteridad la sucesión. Pensaba siempre<br />

en la futura ruina que había atraído sobre su casa. Le parecía que el valor que<br />

había demostrado al luchar contra sus enemigos debiera anular su pecado de<br />

desobediencia. No aceptó con mansedumbre el castigo de Dios; sino que su<br />

espíritu altanero se sumió en tal desesperación, que parecía a punto de perder la<br />

razón. Sus consejeros le re<strong>com</strong>endaron que procurara los servicios de un músico<br />

hábil, con la esperanza de que las notas calmantes de un suave instrumento<br />

pudieran serenar su espíritu acongojado.<br />

En la providencia de Dios, David, <strong>com</strong>o hábil tañedor de arpa fue llevado ante el<br />

rey. Sus sublimes acordes inspirados por el cielo tuvieron el efecto deseado. La<br />

melancolía cavilosa que se había posado <strong>com</strong>o una nube negra sobre la mente de<br />

Saúl se desvaneció <strong>com</strong>o por encanto.<br />

Cuando no se necesitaban sus servicios en la corte de Saúl, David volvía a cuidar<br />

sus rebaños entre las colinas, conservando su sencillez de espíritu y de aspecto.<br />

Cada vez que era necesario, se le llamaba nuevamente para que sirviera al rey, y<br />

aliviara la mente del monarca perturbado hasta que el espíritu malo le<br />

abandonaba. Pero aunque Saúl expresaba su deleite 697 por la presencia de<br />

David y por su música, el joven pastor regresaba de la casa del rey a los campos y<br />

a sus colinas de pastoreo con alivio y alegría.<br />

David crecía en favor ante Dios y los hombres. Había sido educado en los<br />

caminos del Señor, y ahora dedicó su corazón más plenamente que nunca a hacer<br />

la voluntad de Dios. Tenía nuevos temas en que pensar. Había estado en la corte<br />

del rey, y había visto las responsabilidades reales. Había descubierto algunas de<br />

las tentaciones que asediaban el alma de Saúl, y había penetrado en algunos de<br />

los misterios del carácter y el trato del primer rey de Israel. Había visto la gloria<br />

real ensombrecida por una nube obscura de tristeza, y sabía que en su vida<br />

privada la casa de Saúl distaba mucho de tener felicidad. Todas estas cosas<br />

provocaban inquietud en el que había sido ungido para ser rey de Israel. Pero<br />

cuando se sentía absorto en profunda meditación, y atribulado por pensamientos<br />

de ansiedad, echaba mano a su arpa y producía acordes que elevaban su mente

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