11.05.2013 Views

HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

morir por nosotros. (Éxo. 12: 46; Juan I9: 36.) En esa forma también se<br />

representaba la plenitud del sacrificio de Cristo.<br />

La carne debía <strong>com</strong>erse. Para alcanzar el perdón de nuestro pecado, no basta<br />

que creamos en Cristo; por medio de su Palabra debemos recibir por fe<br />

constantemente su fuerza y su alimento espiritual. Cristo dijo: "Si no <strong>com</strong>iereis la<br />

carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El<br />

que <strong>com</strong>e mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna." Y para explicar lo que<br />

quería decir, agregó: "Las palabras que yo os he hablado, son espíritu, y son<br />

vida." (Juan 6: 53, 54, 63.)<br />

Jesús aceptó la ley de su Padre, cuyos principios puso en práctica en su vida,<br />

manifestó su espíritu, y demostró su poder benéfico en el corazón del hombre.<br />

Dice Juan: "Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su<br />

gloria, gloria <strong>com</strong>o del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad." (Juan<br />

1:14.) Los seguidores de Cristo deben participar de su experiencia. Deben recibir y<br />

asimilar la Palabra de Dios para que se convierta en el poder que impulse su vida<br />

y sus acciones. Mediante el poder de Cristo, deben ser transformados a su<br />

imagen, y deben reflejar los atributos divinos. Deben <strong>com</strong>er la carne y beber la<br />

sangre del Hijo de Dios, o no habrá vida en ellos. El espíritu y la obra de Cristo<br />

deben convertirse en el espíritu y la obra de sus discípulos.<br />

El cordero había de <strong>com</strong>erse con hierbas amargas, <strong>com</strong>o un recordatorio de la<br />

amarga servidumbre sufrida en Egipto. Asimismo cuando nos alimentamos de<br />

Cristo, debemos hacerlo con corazón contrito por causa de nuestros pecados.<br />

El uso del pan sin levadura también era significativo. Lo 283 ordenaba<br />

expresamente la ley de la pascua, y tan estrictamente la observaban los judíos en<br />

su práctica, que no debía haber ninguna levadura en sus casas mientras durara<br />

esa fiesta. Asimismo deben apartar de sí la levadura del pecado todos los que<br />

reciben la vida y el alimento de Cristo. Pablo escribe a la iglesia de Corinto:<br />

"Limpiad pues la vieja levadura, para que seáis nueva masa, . . . porque nuestra<br />

pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros. Así que hagamos fiesta, no en<br />

la vieja levadura, ni en la levadura de malicia y de maldad, sino en ázimos de<br />

sinceridad y de verdad." (1 Cor 5: 7, 8.)<br />

Antes de obtener la libertad, los siervos debían demostrar fe en la gran liberación<br />

que estaba a punto de realizarse. Debían poner la señal de la sangre sobre sus<br />

casas, y ellos y sus familias debían separarse de los egipcios y reunirse dentro de<br />

sus propias moradas. Si los israelitas hubieran menospreciado en lo más mínimo<br />

las instrucciones que se les dieron, si no hubieran separado a sus hijos de los<br />

egipcios, si hubieran dado muerte al cordero, pero no hubieran rociado los postes<br />

con la sangre, o hubieran salido algunos fuera de sus casas, no habrían estado<br />

seguros. Podrían haber creído honradamente que habían hecho todo lo necesario,<br />

pero su sinceridad no los habría salvado. Los que hubiesen dejado de cumplir las<br />

instrucciones del Señor, habrían perdido su primogénito por obra del destructor.<br />

Mediante su obediencia el pueblo debía evidenciar su fe. Asimismo todo aquel que<br />

espera ser salvo por los méritos de la sangre de Cristo debe <strong>com</strong>prender que él<br />

mismo tiene algo que hacer para asegurar su salvación. Sólo Cristo puede<br />

redimirnos de la pena de la transgresión, pero nosotros debemos volvernos del<br />

pecado a la obediencia. El hombre ha de salvarse por la fe, no por las obras; sin<br />

embargo, su fe debe manifestarse por sus obras. Dios dio a su Hijo para que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!