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HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

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medianoche, no entrase a aquella morada. Habían de <strong>com</strong>er la carne asada, con<br />

hierbas amargas y pan sin levadura, de noche, y <strong>com</strong>o Moisés dijo: "Ceñidos<br />

vuestros lomos, vuestros zapatos en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra<br />

mano; y lo <strong>com</strong>eréis apresuradamente: es la Pascua de Jehová."<br />

El Señor declaró: "Yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo<br />

primogénito en la tierra de Egipto, así en los hombres <strong>com</strong>o en las bestias: y haré<br />

juicios en todos los dioses de Egipto. . . . Y la sangre os será por señal en las<br />

casas donde vosotros estéis; y veré la sangre, y pasaré de vosotros, y no habrá en<br />

vosotros plaga de mortandad, cuando heriré la tierra de Egipto."<br />

Para conmemorar esta gran liberación, el pueblo de Israel había de celebrar una<br />

fiesta anual a través de las generaciones futuras. "Y este día os ha de ser en<br />

memoria, y habéis de celebrarlo <strong>com</strong>o solemne a Jehová durante vuestras<br />

generaciones: por estatuto perpetuo lo celebraréis." Cuando en los años venideros<br />

festejaran este acontecimiento habían de repetir a sus hijos la historia de su gran<br />

liberación, o <strong>com</strong>o les dijo Moisés: "Vosotros responderéis: Es la víctima de la<br />

Pascua de Jehová, el cual pasó las casas de los hijos de Israel 281en Egipto,<br />

cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas."<br />

Además, tanto el primogénito de los hombres <strong>com</strong>o el de las bestias, había de ser<br />

del Señor, si bien podía ser redimido mediante un rescate con el cual reconocían<br />

que, al perecer los primogénitos de Egipto, los de Israel, que fueron guardados<br />

bondadosamente, habrían sufrido la misma suerte de no haber sido por el<br />

sacrificio expiatorio. "Mío es todo primogénito -declaró el Señor- desde el día que<br />

yo maté todos los primogénitos en la tierra de Egipto, yo santifiqué a mí todos los<br />

primogénitos en Israel, así de hombres <strong>com</strong>o de animales: míos serán." (Núm 3:<br />

13.) Después de la institución del culto en el tabernáculo, el Señor escogió para sí<br />

la tribu de Leví, para la obra del santuario, en vez de los primogénitos de Israel.<br />

Dijo: "Me son a mí dados los Levitas de entre los hijos de Israel, . . . helos tomado<br />

para mi en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel." (Núm. 8: 16.) Sin<br />

embargo, todo el pueblo debía pagar, en reconocimiento de la gracia de Dios, un<br />

precio por el rescate del primogénito. (Núm. 18: 15, 16.)<br />

La pascua había de ser tanto conmemorativa <strong>com</strong>o simbólica. No sólo recordaría<br />

la liberación de Israel, sino que también señalaría la liberación más grande que<br />

Cristo habría de realizar para libertar a su pueblo de la servidumbre del pecado. El<br />

cordero del sacrificio representa al "Cordero de Dios," en quien reside nuestra<br />

única esperanza de salvación. Dice el apóstol: "Nuestra pascua, que es Cristo, fue<br />

sacrificada por nosotros." (1 Cor. 5: 7) No bastaba que el cordero pascual fuese<br />

muerto; había que rociar con su sangre los postes de las puertas, <strong>com</strong>o los<br />

méritos de la de Cristo deben aplicarse al alma. Debemos creer, no sólo que él<br />

murió por el mundo, sino que murió por cada uno individualmente. Debemos<br />

apropiarnos la virtud del sacrificio expiatorio.<br />

El hisopo usado para rociar la sangre era un símbolo de la purificación. Era<br />

empleado para la limpieza del leproso y de quienes estaban inmundos por su<br />

contacto con los muertos. 282 Se ve su significado también en la oración del<br />

salmista: "Purifícame con hisopo, y seré limpio: lávame, y seré emblanquecido<br />

más que la nieve." (Sal. 51: 7)<br />

El cordero había de prepararse entero, sin quebrar ninguno de sus huesos. De<br />

igual manera, ni un solo hueso había de quebrarse del Cordero de Dios, que iba a

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