11.05.2013 Views

HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

tierra, que Dios dio a Adán y a Eva en el Edén. Por este motivo quedaron los<br />

israelitas en gran parte privados de alimentos de origen animal.<br />

Satanás los tentó para que consideraran esta restricción <strong>com</strong>o cruel e injusta. Les<br />

hizo codiciar las cosas prohibidas, porque vio que la <strong>com</strong>placencia desenfrenada<br />

del apetito tendería a producir sensualidad, y por estos medios le resultaría más<br />

fácil dominarlos. El autor de las enfermedades y las miserias asaltará a los<br />

hombres donde pueda alcanzar más éxito. Mayormente por las tentaciones<br />

dirigidas al apetito, ha logrado inducir a los hombres a pecar desde la época en<br />

que indujo a Eva a <strong>com</strong>er el fruto prohibido, y por este mismo medio indujo a Israel<br />

a murmurar contra Dios. Porque favorece efectivamente a la satisfacción de las<br />

pasiones bajas, la intemperancia en el <strong>com</strong>er y en el beber prepara el camino para<br />

que los hombres menosprecien todas las obligaciones morales. Cuando la<br />

tentación los asalta, tienen muy poca fuerza de resistencia.<br />

Dios sacó a los israelitas de Egipto para establecerlos en la tierra de Canaán,<br />

<strong>com</strong>o un pueblo puro, santo y feliz. En el logro de este propósito les hizo pasar por<br />

un curso de disciplina, tanto para su propio bien <strong>com</strong>o para el de su posteridad. Sí<br />

hubieran querido dominar su apetito en obediencia a las sabias restricciones de<br />

Dios, no se habría conocido debilidad ni enfermedad entre ellos; sus<br />

descendientes habrían poseído fuerza física y espiritual. Habrían tenido<br />

percepciones claras y precisas de la verdad y del deber, discernimiento agudo y<br />

sano juicio. Pero no quisieron someterse a las restricciones y a los mandamientos<br />

de Dios, y esto les impidió, en gran parte, llegar a la alta norma que él deseaba<br />

que ellos alcanzasen, y recibir las bendiciones que él estaba dispuesto a<br />

concederles. 397<br />

Dice el salmista: "Pues tentaron a Dios en su corazón, pidiendo <strong>com</strong>ida a su gusto.<br />

Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? He aquí ha<br />

herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿podrá también<br />

dar pan? ¿aparejará carne a su pueblo? Por tanto oyó Jehová e indignóse." (Sal.<br />

78: 18-21.) Las murmuraciones y las asonadas habían sido frecuentes durante el<br />

trayecto del mar Rojo al Sinaí, pero porque se <strong>com</strong>padecía de su ignorancia y su<br />

ceguedad Dios no castigó el pecado de ellos con sus juicios. Pero desde entonces<br />

se les había revelado en Horeb. Habían recibido mucha luz, pues habían visto la<br />

majestad, el poder y la misericordia de Dios; y por su incredulidad y descontento<br />

incurrieron en gran culpabilidad. Además, habían pactado aceptar a Jehová <strong>com</strong>o<br />

su rey y obedecer su autoridad. Sus murmuraciones eran ahora rebelión, y <strong>com</strong>o<br />

tal habían de recibir pronto y señalado castigo, si se quería preservar a Israel de la<br />

anarquía y la ruina. "Enardecióse su furor, y encendióse en ellos fuego de Jehová<br />

y consumió el un cabo del campo." (Véase Números 11.) Los más culpables de los<br />

quejosos quedaron muertos, fulminados por el rayo de la nube.<br />

Aterrorizado, el pueblo suplicó a Moisés que implorase al Señor en su favor. Así lo<br />

hizo, y el fuego se extinguió. En memoria de este castigo Moisés llamó aquel sitio<br />

Taberah, "incendio."<br />

Pero la iniquidad empeoró pronto. En vez de llevar a los sobrevivientes a la<br />

humillación y al arrepentimiento, este temible castigo no pareció tener en ellos otro<br />

fruto que intensificar las murmuraciones. Por todas partes el pueblo se reunía a la<br />

puerta de sus tiendas, llorando y lamentándose. "Y el vulgo que había en medio<br />

tuvo un vivo deseo, y volvieron, y aun lloraron los hijos de Israel, y dijeron: ¡Quién

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!