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HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS ... - Iasdsanjudas.com

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No bastaba que el arca y el santuario estuviesen en medio de Israel. No bastaba<br />

que los sacerdotes ofrecieran sacrificios y que los del pueblo se llamaran los hijos<br />

de Dios. El Señor no escucha las peticiones de quienes albergan iniquidad en el<br />

corazón; está escrito: "El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también<br />

será abominable." (Prov. 28: 9.)<br />

Cuando el ejército salió a librar batalla, Elí, ciego y anciano, se había quedado en<br />

Silo. Con presentimientos perturbadores esperaba el resultado del conflicto;<br />

"porque su corazón estaba temblando por causa del arca de Dios." Habiendo<br />

elegido un sitio fuera de la puerta del tabernáculo, se quedaba sentado a 634 la<br />

vera del camino día tras día, esperando ansiosamente la llegada de algún<br />

mensajero del campo de batalla.<br />

Por último, un hombre de la tribu de Benjamin que formaba parte del ejército, llegó<br />

subiendo de prisa por el camino que conducía a la ciudad, "rotos sus vestidos y<br />

tierra sobre su cabeza." Pasó frente al anciano sentado a la vera del camino sin<br />

hacerle caso, se apresuró a llegar a la ciudad, y relató a multitudes anhelantes las<br />

noticias de la derrota y la pérdida.<br />

El ruido de los gemidos y las lamentaciones llegó a los oídos del que atalayaba al<br />

lado del tabernáculo. Fue llevado el mensajero a la presencia de Elí y le dijo:<br />

"Israel huyó delante de los Filisteos, y también fue hecha gran mortandad en el<br />

pueblo; y también tus dos hijos, Ophni y Phinees, son muertos." Elí pudo aguantar<br />

todo esto, por terrible que fuera, pues lo había esperado. Pero cuando el<br />

mensajero agregó: "Y el arca de Dios fue tomada," una expresión de angustia<br />

indecible pasó por su semblante. La idea de que su pecado había deshonrado así<br />

a Dios, y le había hecho retirar su presencia de Israel, era más de lo que podía<br />

soportar; perdió su fuerza, cayó, "y quebrósele la cerviz, y murió."<br />

La esposa de Finees, a pesar de la impiedad de su marido, era una mujer que<br />

temía al Señor. La muerte de su suegro y de su marido, y sobre todo, la terrible<br />

noticia de que el arca de Dios había sido tomada, le causaron la muerte. Le<br />

pareció que la última esperanza de Israel había desaparecido; y llamó al hijo que<br />

le acababa de nacer en esa hora de adversidad, Ichabod, "sin gloria." Y con su<br />

último aliento repitió las tristes palabras: "Traspasada es la gloria de Israel: porque<br />

el arca de Dios fue tomada."<br />

Pero el Señor no había desechado <strong>com</strong>pletamente a su pueblo, ni tampoco iba a<br />

tolerar mucho tiempo el júbilo de los paganos. Había usado a los filisteos <strong>com</strong>o<br />

instrumento para castigar a los israelitas, y empleó el arca para castigar a los<br />

filisteos. En tiempos anteriores, la divina presencia la había 635 a<strong>com</strong>pañado,<br />

para ser la fuerza y la gloria de su pueblo obediente. Aún la a<strong>com</strong>pañaría esa<br />

presencia invisible, para infundir terror y ocasionar destrucción a los transgresores<br />

de la santa ley. A menudo el Señor emplea a sus acérrimos enemigos para<br />

castigar la infidelidad del pueblo que profesa seguirle. Los impíos podrán triunfar<br />

por algún tiempo, viendo a Israel sufrir el castigo; pero llegará el momento cuando<br />

ellos también habrán de sufrir la sentencia de un Dios santo que odia el pecado.<br />

Doquiera se abrigue la iniquidad, allí caerán rápidos y certeros los juicios divinos.<br />

Los filisteos llevaron el arca en procesión triunfal a Asdod, una de sus cinco<br />

ciudades principales, y la pusieron en la casa de su dios Dagón. Se imaginaban<br />

que el poder que hasta entonces había a<strong>com</strong>pañado el arca sería suyo, y que,<br />

unido al poder de Dagón, los haría invencibles. Pero al entrar en el templo al día

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