Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
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La física mo<strong>de</strong>rna y <strong>el</strong> pensamiento oriental son compatibles y complementarios. Para <strong>el</strong> físico, a<br />
medida que la física nuclear progresa, nuestro mundo visible, familiar, tranquilizador, compacto, da<br />
paso a un universo extraño, inaprensible, que se disu<strong>el</strong>ve en fórmulas matemáticas. Los objetos, que<br />
nuestros sentidos nos presentan como sólidos e impenetrables, se convierten en vacío, en campos<br />
giratorios <strong>de</strong> fuerza. Desamparada, la mente renuncia a compren<strong>de</strong>r y es probable que con <strong>el</strong> paso<br />
<strong>de</strong> <strong>lo</strong>s años <strong>el</strong> divorcio entre <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto y <strong>lo</strong> real se acentúe y con <strong>el</strong><strong>lo</strong> nuestro <strong>de</strong>sasosiego. El<br />
tantra, por sus mitos y sus símbo<strong>lo</strong>s que trascien<strong>de</strong>n <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto, pue<strong>de</strong> disipar ese vértigo mental.<br />
Fritjof Capra <strong>lo</strong> ha <strong>de</strong>scrito en su libro The Tao of Physics: «Sentado en la playa, al bor<strong>de</strong> d<strong>el</strong><br />
océano, en una hermosa tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> verano, mirando romper las olas mientras seguía mi ritmo<br />
respiratorio, <strong>de</strong> repente supe que todo <strong>lo</strong> que me ro<strong>de</strong>aba era una gigantesca danza cósmica. Como<br />
físico, sabía que las rocas, la arena y <strong>el</strong> aire que me ro<strong>de</strong>aban estaban compuestos <strong>de</strong> moléculas<br />
vibrantes y <strong>de</strong> átomos hechos <strong>de</strong> partículas que perpetuamente crean y <strong>de</strong>struyen otras por<br />
interacción.<br />
»Sabía que la atmósfera terrestre es continuamente bombar<strong>de</strong>ada por huracanes <strong>de</strong> rayos<br />
cósmicos, partículas <strong>de</strong> alta energía que sufren numerosas colisiones a medida que penetran en la<br />
atmósfera. Todo eso me resultaba familiar, como investigador en física <strong>de</strong> alta energía, pero hasta<br />
entonces no <strong>lo</strong> conocía sino por medio <strong>de</strong> gráficos, <strong>de</strong> diagramas, <strong>de</strong> teorías matemáticas.<br />
»Mi experiencia <strong>de</strong> la danza <strong>de</strong> Shiva fue seguida <strong>de</strong> muchas otras similares. Comprendí que<br />
poco a poco comienza a emerger <strong>de</strong> la física mo<strong>de</strong>rna una visión coherente d<strong>el</strong> universo <strong>de</strong> acuerdo<br />
con la antigua sabiduría oriental...<br />
»Espero encontrar entre mis lectores muchos científicos que se interesen por las repercusiones<br />
fi<strong>lo</strong>sóficas <strong>de</strong> la física, incluso si ignoran <strong>el</strong> pensamiento oriental. Descubrirán que este<br />
pensamiento ofrece un marco fi<strong>lo</strong>sófico coherente y armonioso, que integra muy bien las teorías<br />
físicas <strong>de</strong> vanguardia».<br />
Así, en esa playa, Fritjof Capra vivió una experiencia tántrica espontánea. Su int<strong>el</strong>ecto sabía<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía mucho tiempo que la materia es energía con<strong>de</strong>nsada, pero era un concepto abstracto,<br />
frío, y no una experiencia vivida. De golpe su «saber» se convirtió en «percepción unitiva» y la<br />
realidad viviente le rev<strong>el</strong>ó <strong>el</strong> sentido oculto d<strong>el</strong> mito <strong>de</strong> Shiva, <strong>el</strong> Danzarín cósmico. Esa es la<br />
esencia d<strong>el</strong> tantra: por sus símbo<strong>lo</strong>s y sus mitos, sus ritos y sus prácticas, superar <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto y<br />
captar la realidad última, sin <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r d<strong>el</strong> azar <strong>de</strong> una experiencia espontánea. Si ésta sobreviene,<br />
<strong>de</strong> repente se disu<strong>el</strong>ven las fronteras artificiales entre <strong>el</strong> universo ilusorio creado por nuestros<br />
sentidos y <strong>el</strong> universo subyacente invisible pero real, entre <strong>lo</strong> «espiritual» y <strong>lo</strong> «material».<br />
Fritjof Capra percibió verda<strong>de</strong>ramente la vibración rítmica d<strong>el</strong> cosmos, vio la naturaleza<br />
energética d<strong>el</strong> universo, escuchó su sonido universal, no con sus ojos ni con sus orejas <strong>de</strong> carne,<br />
sino con su órgano <strong>de</strong> percepción interna, con su intuición, con su «tercer ojo». Ha llegado, pues, <strong>el</strong><br />
tiempo <strong>de</strong> conciliar y reconciliar la ciencia y <strong>el</strong> tantra. Para <strong>el</strong> físico, la percepción directa <strong>de</strong> la<br />
realidad es una experiencia nueva y que <strong>de</strong>ja marca. Para <strong>el</strong> tantra, es natural que la ciencia<br />
mo<strong>de</strong>rna confirme la visión tántrica d<strong>el</strong> cosmos.