Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
enos, un banco <strong>de</strong> peces, etc. La colmena es fija, son sus partes (las abejas) <strong>lo</strong> que se <strong>de</strong>splaza. Para<br />
«mí» <strong>lo</strong> que se mueve es toda la república c<strong>el</strong>ular: ¡yo soy una colmena ambulante!<br />
Todo esto introduce un concepto tántrico muy inquietante: en tanto individuo, ¡soy una célula<br />
eng<strong>lo</strong>bada en diversos overminds que me superan!<br />
Esto me lleva a hablar <strong>de</strong> la psico<strong>lo</strong>gía <strong>de</strong> las masas.<br />
La psico<strong>lo</strong>gía <strong>de</strong> las masas<br />
Cuando en 1895 Gustave Le Bon publicó su libro La psico<strong>lo</strong>gía <strong>de</strong> las masas, sus i<strong>de</strong>as fueron<br />
ignoradas. Luego se volvieron clásicas y <strong>el</strong> libro fue traducido al menos a quince lenguas. Des<strong>de</strong> <strong>el</strong><br />
prefacio entra en <strong>el</strong> núcleo d<strong>el</strong> tema: «Cuando un <strong>de</strong>terminado número <strong>de</strong> hombres se reúnen, la<br />
observación <strong>de</strong>muestra que su conjunto constituye un alma colectiva potente pero momentánea.<br />
»Las masas siempre han tenido en la historia un pap<strong>el</strong> importante, pero nunca tan importante<br />
como hoy. La acción inconsciente <strong>de</strong> las masas, que sustituye a la actividad consciente <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s<br />
individuos, representa una <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> la época actual».<br />
Ahora bien, en la tradición india, la era <strong>de</strong> Kālī, la edad <strong>de</strong> Hierro en la que vivimos, se<br />
caracteriza especialmente por <strong>el</strong> <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> masas humanas; <strong>de</strong> ahí la importancia<br />
creciente <strong>de</strong> la psico<strong>lo</strong>gía <strong>de</strong> las masas. Pero, en realidad, ¿qué es una «masa»? ¿Una gran cantidad<br />
<strong>de</strong> personas reunidas? No necesariamente. Para Le Bon, algunos individuos reunidos forman una<br />
multitud, igual como si fueran cientos o miles. Escuchémosle: «Los amos d<strong>el</strong> mundo, <strong>lo</strong>s<br />
fundadores <strong>de</strong> r<strong>el</strong>igiones o <strong>de</strong> imperios, <strong>lo</strong>s apóstoles <strong>de</strong> todas las creencias, <strong>lo</strong>s eminentes hombres<br />
<strong>de</strong> Estado, y, en una esfera más mo<strong>de</strong>sta, <strong>lo</strong>s simples jefes <strong>de</strong> pequeñas comunida<strong>de</strong>s humanas,<br />
siempre han sido psicó<strong>lo</strong>gos -inconscientes, con un conocimiento instintivo d<strong>el</strong> alma <strong>de</strong> las masas,<br />
con frecuencia muy certero. Por conocerlas, se hicieron sus amos con facilidad.»<br />
Le Bon cita entonces —¿quién se asombraría?— a Napoleón: «Nunca, tal vez, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Alejandro y<br />
César un gran hombre comprendió mejor cómo se ha <strong>de</strong> impresionar <strong>el</strong> alma <strong>de</strong> la masa. Su<br />
preocupación constante era impresionarla. Pensaba en <strong>el</strong><strong>lo</strong> en sus victorias, en sus arengas, en sus<br />
discursos, en todos sus actos. Todavía <strong>lo</strong> pensaba en su lecho <strong>de</strong> muerte» (p. 47).<br />
Si Le Bon viviera todavía citaría al menos otro nombre, dramáticamente célebre, que es superfluo<br />
precisar...<br />
Pero, ¿cómo nace en realidad una masa? «En <strong>de</strong>terminadas circunstancias dadas, y só<strong>lo</strong> en esas<br />
circunstancias, una ag<strong>lo</strong>meración <strong>de</strong> hombres posee caracteres nuevos muy diferentes <strong>de</strong> cada<br />
individuo que la compone. La personalidad consciente se <strong>de</strong>svanece, <strong>lo</strong>s sentimientos y las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong><br />
todas las unida<strong>de</strong>s se orientan en una misma dirección. Se forma un alma colectiva, transitoria sin<br />
duda, pero con caracteres muy <strong>de</strong>finidos.»<br />
El alma colectiva, <strong>el</strong> overmind, «[...] forma un so<strong>lo</strong> ser y se encuentra sometida a la ley <strong>de</strong> la<br />
unidad mental <strong>de</strong> las masas» (p. 19). Sin embargo: «Mil individuos reunidos al azar en una plaza<br />
pública, sin ningún objetivo <strong>de</strong>terminado, no constituyen en absoluto una masa psicológica» (p. 20).<br />
¿Cuáles son las características <strong>de</strong> una masa psicológica? «A <strong>lo</strong>s individuos que la componen, sean<br />
o no semejantes su género <strong>de</strong> vida, sus ocupaciones, su carácter o su int<strong>el</strong>igencia, <strong>el</strong> so<strong>lo</strong> hecho <strong>de</strong><br />
haberse transformado en una masa <strong>lo</strong>s dota <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> alma colectiva. Esta alma les hace<br />
sentir, pensar y actuar <strong>de</strong> un modo totalmente diferente al modo <strong>de</strong> sentir, pensar y actuar <strong>de</strong> cada<br />
uno <strong>de</strong> <strong>el</strong><strong>lo</strong>s por separado... En <strong>el</strong> agregado que constituye una masa, no hay en absoluto una suma<br />
ni un promedio <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s <strong>el</strong>ementos, sino combinación y creación <strong>de</strong> nuevos <strong>el</strong>ementos» (p. 21).<br />
El individuo pier<strong>de</strong> allí, <strong>de</strong> algún modo, su personalidad y parece sumergido, en <strong>el</strong> seno <strong>de</strong> la<br />
masa actuante, en un estado particular, muy cercano a la hipnosis. Este es un caso real: En 1937 una<br />
joven alsaciana va a visitar a unas primas lejanas d<strong>el</strong> otro lado <strong>de</strong> Rin, a las que no ha visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
hace años. Sorprendida y conmovida al verlas alistadas en las juventu<strong>de</strong>s hitlerianas y convertidas