Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
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futuro. ¿Por qué no habría <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r <strong>lo</strong> mismo con la humanidad?<br />
Antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>lo</strong>s insectos, veamos <strong>lo</strong> que ha observado <strong>el</strong> profesor James S. Coleman, <strong>de</strong> la<br />
John Hopkins University: «Un día, sentado al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> un acantilado, observaba <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o <strong>de</strong> unos<br />
mosquitos que daban vu<strong>el</strong>tas frente a mí. Espectácu<strong>lo</strong> asombroso: cada mosquito volaba a toda<br />
v<strong>el</strong>ocidad y sin embargo <strong>el</strong> enjambre permanecía inmóvil. Cada insecto recorría con rapi<strong>de</strong>z una<br />
<strong>el</strong>ipse d<strong>el</strong> diámetro d<strong>el</strong> enjambre que, por su vu<strong>el</strong>o frenético, permanecía inmóvil. De súbito, como<br />
una flecha, todo <strong>el</strong> enjambre se marchó rápidamente para inmovilizarse <strong>de</strong> nuevo un poco más lejos.<br />
Después se infló y su límites se hicieron difusos, para contraerse luego en un nudo cerrado, siempre<br />
compuesto <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s mismos insectos volando en <strong>el</strong>ipse. Luego volvió a partir y <strong>de</strong>sapareció...<br />
»Semejante fenómeno plantea enormes problemas int<strong>el</strong>ectuales. ¿Quién o qué guía <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o <strong>de</strong><br />
cada mosquito cuando la dirección <strong>de</strong> su vu<strong>el</strong>o no tiene prácticamente ninguna r<strong>el</strong>ación con la<br />
dirección d<strong>el</strong> enjambre? ¿Cómo mantiene in<strong>de</strong>finidamente ese vu<strong>el</strong>o <strong>el</strong>íptico? ¿Y cómo cambia<br />
cuando <strong>de</strong> repente todo <strong>el</strong> enjambre se <strong>de</strong>splaza? ¿Cuál es la estructura y cuáles son las señales por<br />
las cuales se transmite <strong>el</strong> control d<strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o?»<br />
Esta cita está tomada <strong>de</strong> The Great Evolution Mystery (p. 228). El autor <strong>de</strong> este libro, Gordon<br />
Rattray Tay<strong>lo</strong>r, la comenta: «He observado un comportamiento prácticamente idéntico en las<br />
bandadas <strong>de</strong> pájaros y me inclino a pensar que existen procesos <strong>de</strong> comunicación subyacentes a<br />
estos comportamientos <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s cuales hasta ahora no tenemos la menor i<strong>de</strong>a. En <strong>lo</strong> que respecta a <strong>lo</strong>s<br />
pájaros [...] tienen un cerebro muy eficiente, que pesa varios gramos, mientras que <strong>el</strong> cerebro<br />
microscópico <strong>de</strong> un mosquito só<strong>lo</strong> tiene algunos cientos <strong>de</strong> neuronas. El profesor Coleman no<br />
propone ninguna respuesta, y yo tampoco.»l tantra respon<strong>de</strong>ría que se trata d<strong>el</strong> overmind d<strong>el</strong><br />
enjambre <strong>de</strong> mosquitos, <strong>de</strong> la bandada <strong>de</strong> pájaros, d<strong>el</strong> rebaño <strong>de</strong> renos o d<strong>el</strong> banco <strong>de</strong> peces, pues se<br />
observan en todos <strong>lo</strong>s casos comportamientos semejantes. Entonces, ¿simple hipótesis? Tal vez:<br />
pero científicamente, uno siempre tiene <strong>de</strong>recho a emitir una. ¡Que propongan otra mejor!<br />
Dejemos <strong>lo</strong>s insectos para ver <strong>lo</strong> que pasa con otros animales. El psiquismo colectivo se<br />
manifiesta notablemente entre <strong>lo</strong>s gran<strong>de</strong>s rebaños <strong>de</strong> renos, don<strong>de</strong> todos <strong>lo</strong>s anímales cambian<br />
rigurosamente <strong>de</strong> dirección en <strong>el</strong> mismo instante. Un cardumen <strong>de</strong> peces se comporta como un so<strong>lo</strong><br />
individuo, mientras que las gallinas <strong>de</strong> un gallinero forman una sociedad jerarquizada con un sólido<br />
psiquismo <strong>de</strong> grupo.<br />
Por ejemp<strong>lo</strong>, tenemos dos gallinas hermanas que no forman parte <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado gallinero.<br />
Introduzcamos en él una <strong>de</strong> estas dos gallinas: la extranjera inmediatamente es atacada a picotazos<br />
por todas las otras. Con <strong>el</strong> tiempo, poco a poco, se integra al grupo y a su psiquismo colectivo.<br />
Cuando, más tar<strong>de</strong>, hagamos entrar a la otra, ésta sufrirá un <strong>de</strong>stino idéntico a la primera e incluso<br />
será agredida por su propia hermana gem<strong>el</strong>a: es <strong>el</strong> fenómeno d<strong>el</strong> rechazo. Después <strong>de</strong> algún tiempo,<br />
<strong>el</strong>la también se integrará. Reflexionando, esto podría hacernos encarar <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> rechazo <strong>de</strong><br />
órganos trasplantados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una nueva óptica. Cada órgano tiene su propio psiquismo <strong>de</strong> grupo —<br />
su arjé, para retomar la expresión <strong>de</strong> <strong>Van</strong> H<strong>el</strong>mont—, él mismo integrado en <strong>el</strong> overmind <strong>de</strong> todo <strong>el</strong><br />
organismo. Todos esos overminds forman <strong>de</strong> algún modo un clan. Injertar un órgano es introducir<br />
un psiquismo extraño que se hace atacar como una gallina nueva, o como una abeja extranjera en<br />
una colmena, rechazo tanto más radical cuanto más alejados estén uno <strong>de</strong> otro <strong>el</strong> donante y <strong>el</strong> receptor.<br />
En <strong>el</strong> caso <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s gem<strong>el</strong>os, habrá pocos problemas, pues sus psiquismos están muy próximos y<br />
en armonía. El riesgo d<strong>el</strong> rechazo será mayor cuando se trate <strong>de</strong> un órgano que toca miéy <strong>de</strong> cerca la<br />
afectividad y la emotividad. El corazón reacciona a toda emoción y la comunica al resto d<strong>el</strong> cuerpo.<br />
Si toca a rebato, para utilizar la expresión consagrada, <strong>el</strong> pánico se apo<strong>de</strong>rará <strong>de</strong> toda la república<br />
c<strong>el</strong>ular. Sin duda por eso <strong>el</strong> injerto <strong>de</strong> pi<strong>el</strong> pren<strong>de</strong> tan fácilmente, mientras que <strong>el</strong> <strong>de</strong> corazón plantea<br />
tantos problemas... Esta extrapolación a <strong>lo</strong>s trasplantes <strong>de</strong> órganos es una hipótesis personal que<br />
só<strong>lo</strong> me compromete a mí y no al tantra, pero ya que explicaría muchas cosas, ¿por qué no hablar <strong>de</strong><br />
<strong>el</strong><strong>lo</strong>?<br />
En <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> ser humano, hay menos diferencia <strong>de</strong> la que se podría pensar entre un individuo<br />
aislado, compacto, yo por ejemp<strong>lo</strong>, y una colmena, un hormiguero, un termitero, un rebaño <strong>de</strong>