27.03.2013 Views

Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth

Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth

Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

simbólicos, aunque muy concretos, <strong>lo</strong>s cinco makaras hacen percibir la emergencia, aquí y ahora,<br />

<strong>de</strong> fuerzas cósmicas últimas y acce<strong>de</strong>r a <strong>lo</strong> sagrado, a <strong>lo</strong> «significante» oculto tras <strong>lo</strong><br />

«insignificante», <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> <strong>lo</strong> que parece trivial y profano.<br />

Ahora bien, <strong>lo</strong>s cinco makaras, compuestos <strong>de</strong> actos tan triviales en apariencia como comer,<br />

beber y acoplarse, implican sin embargo dos po<strong>de</strong>res últimos: quitar la vida y perpetuarla, ambos<br />

inextricablemente unidos.<br />

Escuchemos una vez más a Mircea Elia<strong>de</strong>: «Una <strong>de</strong> las principales diferencias que separan al<br />

hombre <strong>de</strong> las culturas arcaicas d<strong>el</strong> hombre mo<strong>de</strong>rno, resi<strong>de</strong> en la incapacidad <strong>de</strong> este último para<br />

vivir su vida orgánica, en primer lugar la sexualidad y la nutrición, como un sacramento...<br />

»Para <strong>el</strong> hombre mo<strong>de</strong>rno só<strong>lo</strong> son actos fisiológicos, mientras que para <strong>el</strong> hombre arcaico son<br />

sacramentos, ceremonias que sirven para comunicarse con la fuerza que representa la Vida misma.<br />

»La fuerza y la Vida son manifestaciones <strong>de</strong> la realidad última; estos actos <strong>el</strong>ementales, en <strong>el</strong><br />

«primitivo», se convierten en ritos que ayudan al hombre a acercarse a la realidad [...] El rito<br />

consiste siempre en la repetición <strong>de</strong> un gesto arquetípico realizado in il<strong>lo</strong> tempore (al comienzo <strong>de</strong><br />

la "Historia") por <strong>lo</strong>s antepasados o por <strong>lo</strong>s dioses, para dar significado así a <strong>lo</strong>s actos más comunes<br />

y más insignificantes. El rito coinci<strong>de</strong>, por la repetición, con su arquetipo, aboliendo <strong>de</strong> este modo<br />

<strong>el</strong> tiempo profano. Se asiste, por así <strong>de</strong>cir, al mismo acto realizado in il<strong>lo</strong> tempore, en <strong>el</strong> momento<br />

auroral cosmogónico. Transformando todos <strong>lo</strong>s actos fisiológicos en ceremonias, <strong>el</strong> hombre arcaico<br />

se esfuerza por «pasar más allá», proyectarse más allá d<strong>el</strong> tiempo (d<strong>el</strong> <strong>de</strong>venir) en la eternidad...<br />

«Alimentándose o haciendo <strong>el</strong> amor, <strong>el</strong> primitivo se inserta en un plano que, en todo caso, no es<br />

simplemente <strong>el</strong> <strong>de</strong> la nutrición o <strong>el</strong> <strong>de</strong> la sexualidad» (Histoire <strong>de</strong>s r<strong>el</strong>igions, p. 40).<br />

Igualmente, con <strong>lo</strong>s 5 M y la chakrapūjā, <strong>el</strong> tantra promueve la expansión <strong>de</strong> la conciencia, la<br />

superación d<strong>el</strong> ego, la supresión <strong>de</strong> las fronteras ilusorias entre «tú», «yo», «<strong>lo</strong>s otros», entre <strong>el</strong><br />

mundo «interior» y <strong>el</strong> «exterior». Para <strong>el</strong> tantra <strong>el</strong> universo es un gigantesco tejido, d<strong>el</strong> cual cada ser,<br />

cada objeto, cada átomo, es una fibra. Como individuo, tengo la ilusión (casi) <strong>de</strong> bastarme a mí<br />

mismo, <strong>de</strong> ser un ego, una entidad autónoma, <strong>lo</strong> cual es una trágica ilusión, pues a menos que<br />

trascienda mi ego, éste se convierte en mi prisión y en la causa oculta <strong>de</strong> todo sufrimiento.<br />

Atención: «trascen<strong>de</strong>r» no quiere <strong>de</strong>cir negar o <strong>de</strong>struir. Mi ego tiene una existencia real pero<br />

limitada, es una estructura indispensable, pero no es <strong>el</strong> Sí mismo real y último.<br />

Aquí hay que recordar que, para <strong>el</strong> tántrico y para <strong>el</strong> físico, la infinita multiplicidad <strong>de</strong> las formas<br />

percibidas por nuestros sentidos oculta la unidad fundamental <strong>de</strong> la materia y su esencia, la energía<br />

cósmica pura, ¡la Shakti! Igualmente, la multitud <strong>de</strong> las especies y <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s individuos oculta la<br />

unidad <strong>de</strong> la vida, la otra modalidad <strong>de</strong> la energía cósmica creadora.<br />

Sin embargo, en lugar <strong>de</strong> dar la espalda a la vida y perseguir un absoluto metafísico al precio <strong>de</strong><br />

una ascesis mortificante, <strong>el</strong> tántrico se integra al mundo, a la vida, y goza <strong>de</strong> <strong>el</strong>la. Para él <strong>el</strong> goce,<br />

(bhoga, ānanda) es esencial en la vida: siempre y en todas partes, cada ser va tras <strong>el</strong> goce o huye<br />

d<strong>el</strong> sufrimiento, <strong>el</strong> reverso <strong>de</strong> la medalla.<br />

Lo quiera o no, <strong>el</strong> individuo más atrincherado en su ego <strong>de</strong>be, para vivir y sobrevivir, unirse a<br />

otras formas <strong>de</strong> vida, acoplándose y comiendo. Comer es un acto <strong>de</strong> fusión incluso más íntimo que<br />

<strong>el</strong> <strong>de</strong> acoplarse: <strong>lo</strong> que como se convierte en mi propia sustancia. Para perpetuarse, <strong>el</strong> hombre <strong>de</strong>be<br />

abandonar su ego, con <strong>el</strong> cual se i<strong>de</strong>ntifica; <strong>de</strong>be confundir su herencia, sus genes, con <strong>lo</strong>s <strong>de</strong> un<br />

«extranjero» o una «extranjera».<br />

Sin cesar, la materia viviente se recicla: <strong>lo</strong> que hoy es <strong>el</strong> cuerpo <strong>de</strong> un ser mañana será <strong>el</strong> <strong>de</strong> otro,<br />

y así hasta <strong>el</strong> infinito. Para comer, hay que matar un vegetal o un animal, <strong>de</strong> ahí <strong>el</strong> sacrificio al que<br />

asistió Alexandra David-Ne<strong>el</strong>. Comiendo su bistec en un restaurante en alegre compañía, <strong>el</strong> hombre<br />

mo<strong>de</strong>rno olvida al buey al que se le quitó la vida; es casi una abstracción. Pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />

visto <strong>el</strong> sacrificio <strong>de</strong> la cabra antes <strong>de</strong> la chakra pūjā, y <strong>de</strong> comer su carne, cada a<strong>de</strong>pto sabrá que<br />

só<strong>lo</strong> sobrevive al precio <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> otras formas <strong>de</strong> vida, animales o vegetales: hasta comer un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!