Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
superación, implica la i<strong>de</strong>a, esencial aquí, <strong>de</strong> recubrir, <strong>de</strong> eng<strong>lo</strong>bar <strong>el</strong> mind, la mente, mientras que<br />
<strong>el</strong> prefijo supra indica solamente un «por encima»: Overmind <strong>de</strong>signará, pues, un niv<strong>el</strong> mental<br />
autónomo, más vasto, que recubre, supera y eng<strong>lo</strong>ba varias «submentes» individuales. Se trata <strong>de</strong><br />
una perspectiva más que vertiginosa.<br />
En este estadio, no espere <strong>el</strong> lector una <strong>de</strong>finición más precisa <strong>de</strong> la palabra «overmind»: se irá<br />
<strong>de</strong>duciendo d<strong>el</strong> texto...<br />
Desmenucemos en primer lugar <strong>el</strong> término «mind», d<strong>el</strong> que sería equivalente nuestra palabra<br />
«mente», con escasas diferencias, siempre que se respete la raíz latina mens, mentís, espíritu, que no<br />
es só<strong>lo</strong> <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto como en la expresión «cálcu<strong>lo</strong> mental», por ejemp<strong>lo</strong>.<br />
A propósito d<strong>el</strong> pensamiento, <strong>el</strong> famoso cogito ergo sum <strong>de</strong> Descartes suscita más preguntas que<br />
respuestas aporta. «Pienso, luego existo» es tan evi<strong>de</strong>nte como insuficiente. «Yo pienso», muy bien;<br />
pero, ¿quién es este «yo»? ¿Y qué es <strong>el</strong> «pensamiento»? Estas preguntas plantean otro problema, tan<br />
espinoso como fundamental, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> psiquismo, no resu<strong>el</strong>to en Occi<strong>de</strong>nte. Partir d<strong>el</strong> griego psykhé<br />
«alma», disgusta a mi amigo <strong>el</strong> racionalista y alimenta su disputa con mi otro amigo, <strong>el</strong><br />
espiritualista, que só<strong>lo</strong> concuerdan en oponer irreductiblemente la materia al espíritu.<br />
El tantra completa <strong>el</strong> «pienso, luego existo» con un corolario: «existo, luego pienso», dando por<br />
supuesto que «pensar» significa ante todo ser consciente y no necesariamente reflexionar.<br />
Psiquismo y conciencia, bases empíricas <strong>de</strong> la existencia, son indisociables. Retengamos esto para<br />
más ad<strong>el</strong>ante y sigamos.<br />
El tantra reconcilia al espiritualista y al racionalista diciendo que <strong>el</strong> psiquismo, por tanto la<br />
conciencia, es una dimensión, una propiedad fundamental d<strong>el</strong> cosmos: este axioma tántrico es <strong>de</strong> un<br />
alcance incalculable. (Sobre este tema, véase <strong>el</strong> capítu<strong>lo</strong> «Todo <strong>lo</strong> que está aquí».)<br />
Para medir su alcance, partamos d<strong>el</strong> concepto usual referente al pensamiento. En este contexto,<br />
evocar una entidad psíquica inmaterial o sobrenatural, un alma en una palabra, repugna al<br />
racionalista, para quien <strong>el</strong> pensamiento, igual que <strong>el</strong> cálcu<strong>lo</strong> d<strong>el</strong> or<strong>de</strong>nador, es <strong>el</strong> resultado <strong>de</strong> la<br />
actividad d<strong>el</strong> cerebro y no existe fuera <strong>de</strong> él. A<strong>de</strong>más, hasta para <strong>el</strong> espiritualista convencido,<br />
pensar, ser consciente, implica un espacio cerrado —la caja craneana— y una estructura material<br />
unificada, en este caso <strong>el</strong> cerebro. De este cerebro un humorista norteamericano dice que es <strong>el</strong><br />
or<strong>de</strong>nador más eficaz, más sofisticado y más miniaturizado, fabricado en gran escala, con pocos<br />
gastos, por personas sin formación especial y con <strong>el</strong> mayor entusiasmo... Efectivamente, comparar<br />
<strong>el</strong> cerebro con un or<strong>de</strong>nador es bastante acertado. Sus miles <strong>de</strong> mil<strong>lo</strong>nes <strong>de</strong> neuronas serían otros<br />
tantos chips, otros tantos microprocesadores vivientes, unidos entre <strong>el</strong><strong>lo</strong>s por <strong>lo</strong>s hi<strong>lo</strong>s <strong>de</strong> las<br />
<strong>de</strong>ndritas, y la corriente sería la energía nerviosa.<br />
La originalidad d<strong>el</strong> tantra resi<strong>de</strong> en su visión <strong>de</strong> que cada psiquismo (incluido <strong>el</strong> <strong>de</strong> la célula que<br />
se consi<strong>de</strong>ra dotada <strong>de</strong> una conciencia autónoma con pleno <strong>de</strong>recho) es un campo <strong>de</strong> fuerzas, un<br />
sistema energético sutil, por <strong>lo</strong> tanto material, en <strong>el</strong> sentido más amplio d<strong>el</strong> término, que no está<br />
limitado por moléculas <strong>de</strong>finidas o partículas atómicas. Mi campo <strong>de</strong> fuerzas psíquico tiene bajo su<br />
jurisdicción y envu<strong>el</strong>ve todas mis neuronas, se sirve <strong>de</strong> <strong>el</strong>las, reacciona con cada una <strong>de</strong> <strong>el</strong>las y<br />
viceversa. Yo pienso con mi cerebro, gracias a mi cerebro, sin que por <strong>el</strong><strong>lo</strong> mi psiquismo esté<br />
limitado a él ni se i<strong>de</strong>ntifique totalmente con él. Más aún: mi cerebro está en mi psiquismo y no mi<br />
psiquismo en mi cerebro. Mi psiquismo individual es así <strong>el</strong> overmind d<strong>el</strong> conjunto <strong>de</strong> mis neuronas,<br />
en realidad <strong>de</strong> todas las células d<strong>el</strong> cuerpo.<br />
Para precisar este concepto hagamos una comparación: mi psiquismo es a mi cerebro <strong>lo</strong> que <strong>el</strong><br />
campo magnético es al imán. Los átomos <strong>de</strong> hierro son «materiales», puedo pesar<strong>lo</strong>s y observar su<br />
estructura en <strong>el</strong> microscopio <strong>el</strong>ectrónico. Cada átomo <strong>de</strong> hierro es él mismo un imán en miniatura<br />
eng<strong>lo</strong>bado en <strong>el</strong> campo magnético, total d<strong>el</strong> imán. Ahora bien, este campo magnético invisible, sutil,<br />
impon<strong>de</strong>rable, es tan «material» como <strong>el</strong> hierro d<strong>el</strong> imán, d<strong>el</strong> cual es indisociable. A<strong>de</strong>más, <strong>el</strong><br />
campo magnético se extien<strong>de</strong> más allá <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s límites d<strong>el</strong> imán mismo.