Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
Tantra-el-Culto-de-lo-Femenino-Andre-Van-Lysebeth
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
»Si su mujer es gruñona, <strong>de</strong>be usted reconsi<strong>de</strong>rar la situación, pues la causa pue<strong>de</strong> que no esté<br />
simplemente en <strong>el</strong>la, pue<strong>de</strong> estar en usted. Cuando las mujeres no llegan al orgasmo, se vu<strong>el</strong>ven<br />
anti-sexo y no están disponibles para la sexualidad, ¿Por qué habrían <strong>de</strong> estar dispuestas si jamás<br />
experimentan la f<strong>el</strong>icidad profunda? "Después" tienen la sensación <strong>de</strong> haber sido utilizadas.<br />
»La casi totalidad <strong>de</strong> las mujeres no alcanzan jamás ese punto culminante, esa convulsión d<strong>el</strong><br />
cuerpo durante la cual cada fibra <strong>de</strong> su ser vibra, cada célula se hace viviente. Y no <strong>lo</strong> alcanzan a<br />
causa <strong>de</strong> la actitud antisexual <strong>de</strong> la sociedad. Su mente se vu<strong>el</strong>ve contestataria y la mujer así<br />
reprimida se vu<strong>el</strong>ve frígida».<br />
Para completar <strong>el</strong> cuadro cito esta frase terrible, tomada d<strong>el</strong> informe Hite: «Sí, las mujeres <strong>de</strong>ben<br />
con frecuencia apren<strong>de</strong>r a gozar a pesar <strong>de</strong> sus compañeros, y no gracias a <strong>el</strong><strong>lo</strong>s» (pág. 275).<br />
En general se admite que <strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> orgasmo existe, pero só<strong>lo</strong> en la mujer: <strong>el</strong> hombre<br />
eyacula, por tanto tiene un orgasmo. Ese «por tanto» está <strong>de</strong> más.<br />
La eyaculación es una cosa y <strong>el</strong> orgasmo otra totalmente distinta. Si bien algunos sexó<strong>lo</strong>gos<br />
mo<strong>de</strong>rnos <strong>lo</strong> saben, <strong>el</strong> público <strong>lo</strong> ignora y <strong>el</strong> hombre «normal» <strong>de</strong>sorbita <strong>lo</strong>s ojos cuando le dicen<br />
que al menos <strong>el</strong> 90 % <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s hombres <strong>de</strong>sconoce <strong>el</strong> orgasmo. Como la eyaculación y <strong>lo</strong>s pocos<br />
segundos que la prece<strong>de</strong>n son <strong>el</strong> punto culminante <strong>de</strong> su experiencia sexual, <strong>el</strong> hombre está<br />
convencido <strong>de</strong> que <strong>el</strong> orgasmo masculino es eso. Al contrario, <strong>el</strong> tantra sabe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace milenios<br />
que es precisamente la eyaculación <strong>lo</strong> que aparta al hombre d<strong>el</strong> orgasmo verda<strong>de</strong>ro, d<strong>el</strong> éxtasis<br />
sexual que lleva a <strong>lo</strong>s niv<strong>el</strong>es <strong>de</strong> conciencia superiores, cósmicos. La eyaculación para en seco la<br />
experiencia, tanto para él como para <strong>el</strong>la. Digámos<strong>lo</strong> claramente: si <strong>el</strong> 90 % <strong>de</strong> las mujeres no<br />
experimentan <strong>el</strong> orgasmo es porque <strong>el</strong> 85 % <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s hombres son eyaculadores precoces...<br />
Definición: un eyaculador precoz es un hombre incapaz <strong>de</strong> retrasar la eyaculación al menos hasta<br />
que su mujer esté colmada, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> uno o varios orgasmos. El so<strong>lo</strong> hecho <strong>de</strong> retrasar la<br />
eyaculación no implica sin embargo que llegue al verda<strong>de</strong>ro orgasmo, aunque su experiencia sexual<br />
sea intensa y satisfactoria, pero ya es un progreso.<br />
La eyaculación corta en seco la ascensión hacia <strong>el</strong> orgasmo masculino y mata <strong>el</strong> <strong>de</strong>seo, ese<br />
magnetismo encantado que, en la pareja, <strong>de</strong>bería ser una música ambiental permanente, incluso<br />
fuera <strong>de</strong> <strong>lo</strong>s contactos sexuales concretos. Con la <strong>de</strong>stumescencia d<strong>el</strong> lingam, ese magnetismo y <strong>el</strong><br />
hechizo <strong>de</strong> la unión Shiva-Shakti se <strong>de</strong>svanecen: la pareja se separa para reencontrarse en la<br />
vulgaridad <strong>de</strong> <strong>lo</strong> cotidiano, <strong>lo</strong> que es más que lamentable.<br />
El tantra promete al hombre una potencia sexual ilimitada, erecciones tan pro<strong>lo</strong>ngadas como su<br />
compañera y él mismo <strong>lo</strong> <strong>de</strong>seen, la capacidad <strong>de</strong> tener dos o tres contactos sexuales diarios —¡o<br />
más, según <strong>el</strong> tao—, sin cesar jamás <strong>de</strong> <strong>de</strong>sear a su Shakti. Este programa <strong>lo</strong> seduce... al igual que a<br />
su compañera, pero ante <strong>el</strong> precio —renunciar a la eyaculación— la sonrisa se borra y la cara se<br />
alarga.<br />
En efecto, <strong>el</strong> guión clásico (besos, caricias más o menos sabias, penetración, vaivén, eyaculación<br />
y <strong>de</strong>stumescencia) nos parece natural, intocable e in<strong>el</strong>uctable, y <strong>el</strong> reflejo eyaculatorio venido d<strong>el</strong><br />
fondo <strong>de</strong> las eda<strong>de</strong>s es tenaz. El impulso sexual se arraiga en la irresistible pulsión <strong>de</strong> la especie,<br />
que quiere sobrevivir, por tanto procrear, por tanto eyacular. Este comportamiento, implantado en<br />
nuestros genes, se ve reforzado por nuestra educación. Para <strong>el</strong> tantra, salvo evi<strong>de</strong>ntemente cuando<br />
se trata <strong>de</strong> procrear, la eyaculación es superflua. Sin embargo, se compren<strong>de</strong>n las reticencias d<strong>el</strong><br />
varón a quien se le propone <strong>de</strong>jar ese condicionamiento y evitar la eyaculación, proclamada<br />
aguafiestas. Ahora bien, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la vida en pareja, incluso sin apuntar a la<br />
espiritualización d<strong>el</strong> sexo buscada por <strong>el</strong> tantra, <strong>el</strong> asunto vale la pena.<br />
El tao, que es una especie <strong>de</strong> tantra chino, comparte ese punto <strong>de</strong> vista: Jolang Chang en su Tao<br />
<strong>de</strong> l'Art d'aimer escribe:<br />
«Los antiguos taoístas enseñaban que <strong>el</strong> orgasmo masculino y la eyaculación no era una única y<br />
misma cosa. Eyaculaciones más espaciadas no significaban en ningún caso que un hombre fuese