14.05.2013 Views

Aurora Roja de Pio Baroja - Editorial Aldevara

Aurora Roja de Pio Baroja - Editorial Aldevara

Aurora Roja de Pio Baroja - Editorial Aldevara

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Pío <strong>Baroja</strong><br />

allí una medrosa semioscuridad. Un hombre estaba tirado en un banco.<br />

Era el Bizco.<br />

El Bizco en aquel instante pensaba. Pensaba que afuera hacía un sol<br />

hermoso; que en las calles andaría la gente disfrutando <strong>de</strong> su libertad;<br />

que en el campo habría sol, y pájaros en los árboles. Y que él estaba<br />

encerrado. Entre la bruma <strong>de</strong> su cerebro no había ni un asomo <strong>de</strong><br />

remordimiento, sino una gran tristeza, una enorme tristeza. Pensaba<br />

también que estaba con<strong>de</strong>nado a muerte, y se estremecía...<br />

Nunca se había preguntado por qué era odiado, por qué era<br />

perseguido. Él había seguido el fatalismo <strong>de</strong> su manera <strong>de</strong> ser. Ahora, mil<br />

cuestiones se iban amontonando en su cerebro.<br />

La vagancia había sido para su alma como una hemorragia <strong>de</strong>l<br />

espíritu. Su poca inteligencia se había esparcido en las cosas como se<br />

esparce el perfume en el aire.<br />

Y ahora, en la soledad, en el aislamiento, la inteligencia dormida <strong>de</strong>l<br />

Bizco se <strong>de</strong>spertaba y comenzaba a interrogarse a sí misma...<br />

-¡Eh, tú! -le dijo el carcelero-;aquí vienen a verte.<br />

El Bizco se levantó y quedó contemplando a Manuel con el mayor<br />

estupor.<br />

Al ver a Manuel no se extrañó; le miró fijamente, con estúpida<br />

indiferencia.<br />

-¿No me conoces?<br />

-Sí.<br />

-¿Quieres algo?<br />

-No quiero nada.<br />

-¿No necesitas algún dinero?<br />

-No.<br />

-¿No tienes que hacerme algún encargo?<br />

-No.<br />

Se miraron los dos atentamente. El Bizco volvió a ten<strong>de</strong>rse en el banco.<br />

-Si me matan, dile al verdugo que no me haga mucho daño -dijo.<br />

-Pero ¿no quieres nada más?<br />

-No quiero nada <strong>de</strong> ti.<br />

Salió Manuel <strong>de</strong>l calabozo y se reunió a su hermano.<br />

Hablando Manuel con sus amigos <strong>de</strong> la extraña recomendación que le<br />

había hecho el Bizco, el Bolo, el zapatero <strong>de</strong> portal, le dijo:<br />

-Yo le conozco al verdugo. ¿Quieres que vayamos a verle una noche?<br />

-Bueno.<br />

-Pues yo iré a buscarte a la imprenta un día <strong>de</strong> éstos.<br />

-Sería mejor que me dijeras un día fijo.<br />

-¿El sábado?<br />

114

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!