Aurora Roja de Pio Baroja - Editorial Aldevara
Aurora Roja de Pio Baroja - Editorial Aldevara
Aurora Roja de Pio Baroja - Editorial Aldevara
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La lucha por la vida III. <strong>Aurora</strong> roja<br />
propongo que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hoy se llame «<strong>Aurora</strong> <strong>Roja</strong>».<br />
-¡Aceptado! ¡Aceptado!<br />
La mayoría estuvo conforme. Algunos propusieron otros nombres,<br />
como Ravachol, Angiolillo, Ni Dios ni amo; pero, en general, todos fueron<br />
<strong>de</strong>l parecer que se pasara a otro punto y que quedase el nombre <strong>de</strong><br />
«<strong>Aurora</strong> roja».<br />
Luego <strong>de</strong> aclarado esto, se levantó un joven <strong>de</strong>lgado, vestido <strong>de</strong> negro,<br />
y echó un verda<strong>de</strong>ro discurso. ¿Qué había que hacer? ¿Qué había <strong>de</strong><br />
perseguir el grupo <strong>de</strong>signado con el nombre <strong>de</strong> «<strong>Aurora</strong> roja»? Unos eran<br />
partidarios <strong>de</strong> la labor puramente individual; pero él encontraba que esta<br />
labor individual tenía un carácter poco revolucionario y era <strong>de</strong>masiado<br />
cómoda. Uno que no fuese escritor, ni orador, ni anarquista <strong>de</strong> acción,<br />
que no se reuniera ni se asociara, podía echárselas <strong>de</strong> anarquista<br />
tremendo y hasta podía serlo con la misma tranquilidad que un<br />
coleccionista <strong>de</strong> sellos. A<strong>de</strong>más, no había peligro en esto.<br />
Y eso ¿qué importa? -dijo Juan; a nadie se le exige que sea valiente.<br />
Los actos <strong>de</strong> los anarquistas tienen más valor por eso, porque nacen <strong>de</strong><br />
su conciencia y no <strong>de</strong> mandato alguno.<br />
-Es verdad -dijeron los <strong>de</strong>más.<br />
-Yo no lo niego; lo que yo quiero <strong>de</strong>cir es que no necesitamos liebres<br />
con piel <strong>de</strong> león, y que sería conveniente un compromiso entre todos<br />
nosotros.<br />
Mientras este joven <strong>de</strong>fendía la necesidad <strong>de</strong> la asociación, Jesús<br />
explicó a Manuel quién era. Se llamaba César Maldonado y era<br />
estudiante; había figurado entre la juventud republicana. Era hijo <strong>de</strong> un<br />
mozo <strong>de</strong> café y había muchas probabilida<strong>de</strong>s para creer que su<br />
anarquismo era una manera <strong>de</strong> vengarse <strong>de</strong> la posición humil<strong>de</strong> <strong>de</strong> su<br />
padre. En el fondo, el joven aquel era un presuntuoso, lleno <strong>de</strong> esa<br />
soberbia jacobina que sabe disimular las bajas pasiones con gran<strong>de</strong>s<br />
frases.<br />
A su lado, y <strong>de</strong>fendiendo todas sus i<strong>de</strong>as, había un vascongado, alto y<br />
ancho, cargado <strong>de</strong> espaldas, que se llamaba Zubimendi, hombre triste,<br />
con unos puños formidables, que no hablaba apenas, que había sido<br />
pelotari, y últimamente se <strong>de</strong>dicaba a servir <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo.<br />
-Para formar una Asociación habrá que hacer un reglamento, ¿no es<br />
eso? -preguntó el Libertario levantándose.<br />
-Según -contestó Maldonado-. Yo no creo que <strong>de</strong>ba haber reglamento;<br />
basta un lazo <strong>de</strong> unión; pero lo que sí consi<strong>de</strong>ro indispensable es poner<br />
un límite al ingreso en el grupo y otorgar ciertas prerrogativas para los<br />
directores, pues si no, los elementos extraños podían llegar hasta<br />
cambiar el objeto que perseguimos.<br />
-Yo -replicó el Libertario-, soy enemigo <strong>de</strong> todo compromiso y <strong>de</strong> toda<br />
Asociación que no esté basada en el libre acuerdo. ¿Vamos a<br />
63